Jóvenes descartan manifestarse contra el Papa y piden su apoyo
Alcalde de Rio: "No tiene nada que ver
con los pecados de los gobernantes
brasileños"
El papa viaja a Río de Janeiro del 22 al 29 de julio con motivo de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, una visita que se produce tras las protestas sociales que han sacudido Brasil, que no han influido en el viaje, que Francisco realiza con "serenidad y confianza".
"Tenemos total confianza en la capacidad de las autoridades brasileñas de gestionar la situación. El papa viaja con total serenidad", afirmó hoy el portavoz vaticano, Federico Lombardi, que presentó el primer viaje internacional del papa Bergoglio.
Lombardi agregó que tanto el papa como el Vaticano conocen las protestas de las últimas semanas que han sacudido las principales ciudades de Brasil: "Sabemos que no tienen nada de específico contra el papa o la Iglesia".
Con esa serenidad, Francisco partirá de Roma a primeras horas de la mañana del 22 de julio para llegar a media tarde local a Río de Janeiro, donde será recibido por la presidenta, Dilma Rousseff, quien, según dijo Lombardi, ha invitado a jefes de Estado latinoamericanos a acompañar al papa en algún momento de su estancia en la ciudad carioca.
Fuentes políticas dijeron a Efe que entre losjefes de Estado invitados que ya han confirmado que acudirán están los presidentes de Argentina, Cristina Fernández; de Chile, Sebastián Piñera, y de Panamá, Ricardo Martinelli.
Durante su estancia en Río de Janeiro, el papa no usará el tradicional papamóvil blindado, sino el "jeep" que usa todos los miércoles para la audiencia pública de ese día en la plaza de San Pedro. El Vaticano ha enviado a la ciudad brasileña dos "jeep", uno blanco y otro de color verde, de repuesto.
En los viajes papales, el pontífice se aloja en la nunciatura (embajada vaticana), pero en esta ocasión, debido a que se encuentra en Brasilia, la capital, lo hará en la Residencia de Sumarén, en las afueras de Río, donde también se alojó Juan Pablo II en dos ocasiones.
Francisco es el tercer papa que visita Brasil. Juan Pablo II lo hizo en cuatro ocasiones y Benedicto XVI una.
Los jóvenes descartan protestas
Jóvenes que manifestaron por más inversión en salud y educación esperan que el papaFrancisco, con su fuerte mensaje a favor de los pobres, apoye sus demandas en su visita a Rio, y descartan aprovechar el evento para retomar las protestas.
"Las manifestaciones tienen un carácter social y protestar por justicia, contra la corrupción y los abusos es una virtud evangélica", dijo a la AFP Tanat Resende (22), estudiante de Derecho y católico, que participó de las históricas protestas que en junio reunieron a más de un millón de jóvenes en varias ciudades de Brasil.
Los manifestantes pedían más dinero para reformar los sistemas de transporte, educación y salud y penas mayores para políticos y empresarios corruptos, en vez de en estadios para el Mundial de fútbol de 2014.
"Es perfectamente razonable que el papa apoye estas causas", agregó Resende, que duda que se aproveche su visita durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) -del 23 al 28 de julio en Rio de Janeiro- para retomar las protestas, como sucedió en junio en plena Copa Confederaciones.
El papa Francisco, quien eligió su nombre por el santo italiano san Francisco de Asís, que consagró su vida a la defensa de los pobres, ha insistido desde su elección en marzo en la necesidad de que la Iglesia, los fieles y los gobiernos presten más atención a los más desposeídos.
Su mensaje ha sido acompañado de gestos de alejamiento de los lujos, como por ejemplo la decisión de no aceptar la habitación de dos ambientes que le ofrecieron para dormir en Rio, y optar por una más simple, igual a la de los siete cardenales que lo acompañan.
"El papa Francisco es un hombre muy sensible al contexto social y no me sorprendería que hubiera algún tipo de referencia" a las protestas, expresó a la AFP Benjamin Paz Vermal, uno de los portavoces de la JMJ.
El papa ha tomado iniciativas contra la corrupción en la Santa Sede y planea una reforma en el banco del Vaticano, uno de los más secretos del mundo.
La postura anticorrupción del papa "nos va a ayudar para luchar más contra la corrupción, la pobreza, la miseria", comentó a la AFP Nathalia Pinto (21), quien se declara católica y también participó en las masivas manifestaciones de junio.
"El papa llega en buena hora a Brasil, en un momento en que la población sale a las calles pidiendo justicia, igualdad, salud, educación", aspectos sociales que son lema de su papado, explicó a la AFP Iván Esperanza Rocha, historiador y especialista en religiones de la Universidad estatal de Sao Paulo.
Hasta el momento, las únicas movilizaciones convocadas en las redes sociales son por parte de grupos de defensas de los derechos de los homosexuales y una "marcha de las putas" para protestar contra la "violencia de género".
La JMJ dará "aún más fuerza al sueño brasileño de continuar avanzando en conquistas sociales" y "en el mejoramiento de nuestra democracia", dijo la presidenta Dilma Rousseff, dirigiéndose a los jóvenes por televisión.
"La venida del papa va a traer más esperanza, más paz, en estos momentos que estamos un poco perturbados", estimó Pinto.
"La visita del papa es mucho más delicada, pues Brasil es un país muy católico. Y las personas no consideran que esto sea lo mismo que la Copa del Mundo o las Olimpiadas", opinó a la AFP Mario Campagnani (29), miembro del Comité Popular de la Copa y las Olimpiadas, uno de los principales movimientos que convocó a las protestas de junio.
Un 64,6% de la población se declara católica en Brasil, según el censo de 2010.
"Las críticas son más contra los gastos públicos en la Copa del Mundo 2014 y las Olimpiadas 2016, yo no he escuchado muchas críticas contra la visita del papa", agregó.
El arzobispo emérito de Sao Paulo, Claudio Hummes, dijo al diario O Estado de Sao Paulo que el papa no le teme a las manifestaciones porque "las reivindicaciones no están vinculadas" a su visita. De hecho, los obispos católicos de Brasil han expresado su apoyo a las demandas.
La JMJ -la segunda que se realiza en América Latina- espera a 1,5 millones de fieles y costará a Brasil entre 145 y 160 millones de dólares, de los cuales 53 millones son pagados por los cofres públicos, según la prensa.
El alcalde de Rio pide una tregua
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, ha exhortado que haya una tregua en las protestas que sacuden Brasil durante la estancia del papa Francisco en la ciudad para liderar la Jornada Mundial de la Juventud, y argumentó que el pontífice "no tiene relación alguna" con los problemas del país.
"Yo creo que el papa Francisco no tiene relación directa alguna con los pecados de los gobernantes brasileños, salvo para perdonarlos, si hay confesión", afirmó el alcalde, en una rueda de prensa previa a la cita, que se celebrará del 23 al 28 de julio.
"Si alguien quiere quejarse de cosas que tienen que ver con el alcalde, con el gobernador (Sergio Cabral), con la presidenta de la República (Dilma Rousseff) o con el Parlamento, no me parece que el papa Francisco sea la persona más apropiada para escuchar esa manifestación", agregó.
Según la prensa brasileña, el Gobierno de Rousseff teme que la masiva presencia en Brasil de medios internacionales para cubrir el primer viaje internacional del papa Francisco pueda estimular un recrudecimiento de las multitudinarias protestas que sacudieron el país en junio, durante la Copa Confederaciones.
En esa oportunidad, más de un millón de personas salieron a las calles de ciudades de norte a sur del país para protestar contra la corrupción y contra los millonarios gastos del Estado para preparar el país para el torneo y para el Mundial de fútbol de 2014 y para demandar mejores servicios públicos de educación, salud y transporte.
Las manifestaciones mermaron después del final del torneo, pero no han cesado. La semana pasada, una protesta organizada por centrales sindicales terminó con violentos conflictos entre policías y manifestantes que se concentraban delante del palacio de la gobernación de Río.
(RD/Agencias)
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