Danila Castelli, italiana, se curó hace 24 años de una patología rara después de un peregrinaje al célebre santuario
ALESSANDRO SPECIALECIUDAD DEL VATICANO
Se llama Danila Castelli y es originaria de Bereguardo (Pavía, Italia). Su caso, desde la semana pasada es el milagro número 69 atribuído a la intercesión de la Virgen de Lourdes. Hace 24 años sumergió su cuerpo en la piscina que se encuentra bajo la estatua de la Virgen. A partir de ese momento cambió su vida.
Monseñor Giovanni Giudici, obispo de Pavía, fue el que decretó oficialmente que la curación tiene un «carácter “prodigioso-milagroso”» y que es un signo para todos los creyentes y no creyentes. El decreto oficial fue publicado en la revista diocesana “Il Ticino”.
La del nuevo milagro es una muy buena noticia para el santuario mariano de los Pirineos, que todavía se está recuperando de las graves inundaciones que sufrió al final de la primavera y que habían incluso obligado a clausurar algunos de sus espacios.
La señora Castelli, que hoy tiene 67 años, en 1989 había llegado al final de una batalla que comenzó ocho años antes en contra de una patología rara y compleja que hacía que se multiplicaran constantemente células cancerígenas en su cuerpo. Después de ocho operaciones, la señora Castelli vivía sin el útero, los ovarios y parte del páncreas, pero, a pesar de ello, no mostraba mejorías. El dolor insoportable la obligaba a asumir medicamentos constantemente y los doctores dejaron caer los brazos ante su situación.
Cuando había tomado la decisión de visitar la Clínica Mayo en Estados Unidos, prefirió hacer una peregrinación a Lourdes para cumplir un deseo de hace varios años, y el 4 de mayo de 1989 junto con su esposo, un médico de origen iraní, visitaron el Santuario y se bañó en sus piscinas.
Castelli expresó que cuando salió del baño sintió «una extraordinaria sensación de bienestar» y su esposo, que la esperaba en la salida, al verla le dijo: «Danila, sé que todo ha pasado ahora. Sé que todo ha quedado atrás». Ella respondió «tienes razón», haciendo referencia a su deseo de la visita a Lourdes.
Castelli expresó que cuando salió del baño sintió «una extraordinaria sensación de bienestar» y su esposo, que la esperaba en la salida, al verla le dijo: «Danila, sé que todo ha pasado ahora. Sé que todo ha quedado atrás». Ella respondió «tienes razón», haciendo referencia a su deseo de la visita a Lourdes.
Durante años, se sometió (en cinco ocasiones) a los análisis del “Bureau” Médico del Santuario de Lourdes, que se encarga de verificar las curaciones milagrosas, hasta la conclusión unánime en 2011: «La señora Castelli se curó, de forma total y duradera, desde la fecha de su peregrinaje a Lourdes en 1989, es decir desde hace 21 años, del síndrome que sufría y todo ello sin relación con las operaciones ni las terapias recibidas».
Después, el último paso para su oficialización: el obispo de Lourdes, monseñor Jacques Perrier, escribe al obispo de Pavía, monseñor Giudici, para que proclame el milagro, o, mejor dicho, que «la curación fue rápida, completa, duradera y científicamente inexplicable».
«Este decreto –comentó la señora Castelli a “Il Ticino”– constituye una gran ocasión para volver a encontrar la frescura de la alegría de vivir con el Señor. Es la respuesta de un camino y llega, como siempre, en el momento perfecto, porque los tiempos de Dios son siempre perfectos».
Vatican Insider
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