El Papa, a las clarisas: "Que el Monasterio no sea un purgatorio, que sea una familia"

Francisco hace un llamamiento a la felicidad ante la tumba de Santa Clara

Agradece a las religiosas "su fidelidad y la oración por la Iglesia"

(Jesús Bastante).- Si Francisco fue el hombre que más logró parecerse a Cristo, Clara fue la mujer que mejor comprendió al "poverello" de Asís. Así, no es de extrañar que, tras visitar la tumba de Francesco, el Papa Bergoglio hiciera lo propio con Santa Clara. Fue un momento intenso, de profunda oración. Francisco, acompañado por la superiora de la congregación en Asís, oró durante diez minutos ante los restos de la primera franciscana. Y después quiso encontrarse, de igual a igual, con "mis hermanas", a quienes pidió, sencillamente, que fueran felices. "Que el Monasterio no sea un purgatorio, que sea una familia", proclamó.

El encuentro arrancó entre bromas, con el Papa "extrañado" de la presencia de su grupo de cardenales. "Pensaba que la reunión había sido en la Sala Capitular, y que ésta sólo con las hermanas. Pero no voy a echar a los cardenales", dijo, arrancando la risa de todos.

En su breve intervención -hubo más tiempo para los saludos y para la oración que para las palabras- Francisco agradeció a las religiosas "su fidelidad y la oración por la Iglesia".

"Cuando una hermana en la clausura ofrece toda su vida al Señor, hace una transformación que pocos pueden entender. La normalidad de nuestro pensamiento no entiende que esta hermana viva sola con lo Absoluto. Sola con Dios. Es una vida ascética, penitente, pero esta no es la vida de una religiosa católica, cristiana".

"La puerta pasa por Jesucristo siempre. Jesucristo es siempre el centro de vuestra vida, de vuestra oración y de la universalidad de vuestra oración" proclamó Francisco. "Una monja de clausura cuando va por el camino de la contemplación y de la penitencia con Jesucristo se vuelve grandemente humana".

Las monjas de clausura, continuó el Papa, "están llamadas a ser rotundamente humanas, al goce de la vida. Son personas que saben perdonar, que entienden el sufrimiento humano. Vuestra humanidad viene por vuestro camino. ¿Y cuál es el sueño de una religiosa? La gloria".

"Me entristece -añadió- cuando me encuentro hermanas que no son felices. Sonríen pero como una asistenta, no con la sonrisa que viene de dentro. Siempre con Jesucristo. Hoy, en la misa, recordé que Francisco había contemplado el crucifijo con los ojos abiertos, con el corazón, con la sangre. Esta es vuestra contemplación: la realidad de Jesucristo, no una idea abstracta, porque seca la cabeza".

"Siempre con Jesús, Dios y hombre", continuó el Papa, que declaró a las religiosas "expertas en humanidad", frente a los que las ven como "demasiado espirituales". En este punto, puso el ejemplo de Santa Teresa, que al llegar una nueva monja a la orden le ofrecía un filete.

"Dios se hizo carne por nosotros, y eso nos dará una santidad humana, grande, bella, madura...", apuntó. "La Iglesia es madre, está para dar vida. Vosotras ofrecéis vuestra maternidad con la oración, ayudáis a alimentar buenos pastores del puelo de Dios. Me recordáis al filete que daba santa Teresa a las nuevas monjas".

La segunda palabra del Papa a las clarisas fue un llamameinto a la vida en comunidad: "Perdonad, soportad... La vida de comunidad no es fácil. El Diablo hace todo lo posible por dividir. Yo no voy a hablar mal, pero.... Y comienza la división. Esto no aporta nada".

Así, las instó a "una vida de familia, el amor entre vosotras. Que el Monasterio no sea un purgatorio, que sea una familia, y que los problemas que vienen se solucionan con amor, no destruyendo nada ni a nadie para solucionarlo. No compitáis.
Cuidar la vida de comunidad, porque cuando es como una familia es porque el Espíritu Santo que está en medio de la comunidad".

"La contemplación siempre, siempre, con Jesús. Jesús, Dios es hombre. En la vida de comunidad siempre con un gran corazón: dejando pasar, no enfadándose, soportar todo, sonreíd desde el corazón", concluyó el Papa, deseando a las religiosas "la felicidad que nace de la verdadera contemplación y la vida comunitaria"

RD