El coordinador del "G-8" resalta que se reforzará el papel del Sínodo, que será permanente y on line
“Con Francisco ha llegado el momento de acercar más al pueblo de Dios a través del cariño y de las cosas simples”
(Jesús Bastante/Agencias).- La reforma de la Curia supondrá la disminución de los dicasterios romanos, la transformación del Sínodo de Obispos en "un órgano de consulta permanente", incluso on line, y la creación de un "ministerio de Finanzas" en la Santa Sede, según ha subrayado en distintas entrevistas a medios italianos el cardenal de Tegucigalpa y coordinador del "G-8" nombrado por Francisco, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga.
"El Papa desea transformar el Sínodo de Obispos en un órgano de consulta permanente", afirmó Maradiaga al término de la visita a Asís, donde el grupo cardenales acompañó a Francisco. El deseo de Bergoglio, señala el purpurado, es que se convierta en "una estructura interactiva que permita tener a los obispos siempre presentes, a pesar de que cada uno permanezca en su país". Un sistema muy parecido al de la Asamblea General de Naciones Unidas, en el que el "G-8" podría tener un puesto permanente y el resto, hasta unos doscientos, elegidos mayoritariamente por las Conferencia Episcopales.
Las propuestas que se han abordado la pasada semana en Roma abogan por redefinir las funciones de este sínodo, que hasta la fecha se reúne durante tres semanas cada dos o tres años, y conseguir que "sea un instrumento que trabaje durante tres años, con consultas permanentes y si es necesario diarias utilizando internet". En otras palabras, que la "sinodalidad" sea "el sistema de trabajo en la Santa Sede", lo que supondría un cambio en la estructura de gobierno, haciéndola mucho más horizontal. "La relación de colaboración de los obispos con el pontífice, indicada por el Concilio Vaticano II no fue muy desarrollada", apuntó Maradiaga.
El nuevo secretario del Sínodo, Lorenzo Baldisseri, re reunirá en las próximas semanas con el equipo permanente para emitir en breve una convocatoria. El próximo Sínodo, el primero con la nueva estructura, podría ser anunciado antes de final de año.
En lo tocante a la reforma de los organismos de la Curia, Maradiaga recalcó que "no son retoques, sino una reforma de la Curia", para la que "necesitaremos tiempo". "Queremos que el proyecto sea discutido con quienes viven aquellas situaciones, que tienen experiencia, y para que den su aportación", recalcó. Sí parece clara una nueva estructura para los dicasterios romanos y la Secretaría de Estado.
Maradiaga consideró que la unificación de los dicasterios de la Curia Romana es una necesidad evidente. Y que fueron los cardenales en las reuniones anteriores al cónclave los que consideraron que "la Curia ha crecido mucho y que es difícil que pueda trabajar con agilidad".
Sobre la reforma económica y el futuro del Banco Vaticano y el APSA, Maradiaga insistió en que "no se entiende por qué el Vaticano no pueda tener, como sucede en los otros estados, un ministerio de las finanzas que reagrupe a todos los actuales dicasterios".
Respecto al IOR, el coordinador de la comisión indicó que "hay que superar la actual ambigüedad de una fundación que no es un banco" y precisó que sobre el tema "se están ocupando otras dos comisiones", si bien hay algo sobre lo que no existen dudas: "la transparencia es la mejor respuesta".
Sobre los últimos pontificados consideró que "nadie había sospechado que Juan Pablo II venido desde Polonia, habría derrumbado la cortina de hierro; después el papa Benedicto puso firmes algunas bases teológicas fundamentales, como el amor, la esperanza y la fe. Ahora con el papa Francisco ha llegado el momento de acercar más al pueblo de Dios a través del cariño y de las cosas simples, pero esenciales para la vida cristiana que tocan los problemas de cada día y especialmente los corazones".
"Estamos - prosiguió el cardenal-- en esta etapa de la Providencia que nos lleva a estar más cerca de las enseñanzas del Concilio Vaticano II". Y consideró que "también la reforma de la Curia responde a esta exigencia: no un organismo fuera y arriba del mundo, pero en el mundo y que busca servirlo" porque "el concepto que Francisco tiene de la autoridad es el servicio".
En las distintas entrevistas, el cardenal también habló de la histórica jornada de ayuno y oración por la paz en Siria. "Fue un milagro. Esas sanciones que Estados Unidos querían aplicar en Siria hubieran llevado a la guerra y esos misiles habrían provocado más destrucción y sufrimiento", apuntó Maradiaga, quien añadió que la carta del santo padre al presidente Putin tuvo un efecto extraordinario "fue un hecho importantísimo en la historia del mundo. Fue un remezón saludable en la conciencia de todos".
Sobre el drama de la inmigración, incluso de Centroamérica con Estados Unidos, el cardenal consideró que para "evitar tragedias de este tipo es necesario que haya más vigilancia contra los traficantes que se aprovechan de este drama". Pero también es necesario "estimular a los gobiernos para que presten más atención a la juventud". Porque "no hay interés por el destino de tantos jóvenes. No tienen un horizonte. Es un dolor".
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