
Juan 3:31-36
"El que viene de arriba está por encima de todos. El que viene de la tierra pertenece a la tierra y sus palabras son terrenales. El que viene del Cielo, por más que dé testimonio de lo que allí ha visto y oído, nadie acepta su testimonio. Pero aceptar su testimonio es como reconocer que Dios es veraz. Aquel que Dios ha enviado habla las palabras de Dios, y Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en sus manos. El que cree en el Hijo vive de vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo se queda con el Dios que condena: nunca conocerá la vida".
"El que viene de arriba está por encima de todos. El que viene de la tierra pertenece a la tierra y sus palabras son terrenales. El que viene del Cielo, por más que dé testimonio de lo que allí ha visto y oído, nadie acepta su testimonio. Pero aceptar su testimonio es como reconocer que Dios es veraz. Aquel que Dios ha enviado habla las palabras de Dios, y Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en sus manos. El que cree en el Hijo vive de vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo se queda con el Dios que condena: nunca conocerá la vida".
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
La generosidad de Dios aquí se vislumbra: todo lo que Dios ha dado a Jesús ha sido dado sin medida.
Las manos de Dios nos colman de regalos, especialmente el regalo del Espíritu Santo, con los dones individuales del Espíritu.
Ruega en oración por el regalo que deseas del Espíritu: "el fruto del Espíritu es el amor, la alegría, la paz, la paciencia, el cariño, la generosidad, la fidelidad, la gentileza y el autocontrol". (Gálatas 5: 23)
Espacio Sagrado
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