Hoy, 24 de Junio, la Iglesia con gran gozo celebra el nacimiento de SAN JUAN BAUTISTA, que tuviera lugar seis meses antes del nacimiento de Jesucristo en la localidad de Ain Karin, en las montañas de Judea, cerca de Jerusalén. Él fue el hombre enviado por Dios, para preparar los caminos del Señor. Jesús dijo: "Entre los nacidos de mujer, no hay uno más grande que Juan Bautista". La tradición patrística afirma que fue liberado del pecado original y santificado en el vientre materno, por esto la Iglesia siempre ha celebrado el día de su nacimiento. Es patrono de infinidad de ciudades y muy venerado en el mundo entero. Unidos, pues, a las muchas ciudades que lo celebran hoy como patrono y a cuantos ponen como meta de sus esfuerzos trabajar por la venida del Señor a nuestra cultura y a nuestra vida, brindemos nuestro vivo aplauso a San Juan Bautista.
Meditación
QUERIDO SAN JUAN BAUTISTA: recordar tu nacimiento es recordar esa primera experiencia que tuviste ya antes de nacer cuando, ante la presencia de tu primo Jesús, saltaste de alegría en el vientre de tu madre. Qué hermosa experiencia signo evidente de santidad. Llegado el día de tu nacimiento, todos sentirían al verte una alegría y emoción especial. Al verte, se preguntarían, ¿qué será este niño de grande? ¿Dónde vivirá? ¿Que hará? ¿Habría alguno entre los presentes que se imaginaría que ese niño, aun en brazos de Isabel y Zacarías, viviría en el desierto, vestiría con piel de oveja, se alimentaría de miel silvestre? ¿Alguien se imaginaría que este niño iría al desierto, que sería una voz que gritaría y anunciaría la llegada del reino de Dios, que invitaría al arrepentimiento y señalaría al Cordero de Dios? ¿Alguien en ese momento pensaría que ese niño bautizaría a tantos en Israel e incluso al mismo Jesucristo? Tal vez nadie vislumbraba ese futuro pero sí se sentía en el ambiente algo sagrado y sobrenatural. En la tradición de la Iglesia, el 24 de Junio ha quedado como una fiesta de alegría. Es el solsticio de verano en el hemisferio norte, y por tal el día más largo del año. En muchas ciudades la noche de las vísperas es iluminada con el fuego de San Juan, se bailan danzas típicas y se hacen peregrinajes a los santuarios de San Juan Bautista. Algo único en todo el año. Esta es una de las fiestas más arraigadas en la religiosidad popular. En este día nosotros también saltamos con tu misma alegría, al sentir San Juan, tu alegría en el vientre de tu madre.
Radio Vaticano
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