El viernes pasado moría Vicente Ferrer, un claro exponente del compromiso con los más pobres y de la lucha incansable por la dignidad y la promoción de las personas. Un hombre que vivió para los demás y que se dio hasta el agotamiento: Lo dio todo. Un hombre de una fe firme, de un amor hecho servicio y de una esperanza activa, porque él hacía presente, en medio de los desposeídos de la India, el Reino que anunció e inauguró Jesús. Vicente Ferrer, un hombre que no hizo acepción de personas y que abrazó a todos sin distinción, o mejor dicho que amó con preferencia a los más vulnerables y desposeídos.
Esa misma mañana nos llegaba la noticia de la muerte de otro hombre, Eduardo Puelles, que moría asesinado por la banda terrorista ETA. Un hombre que creía en la paz, y que luchó para que se instaurar en Euskadi. Un hombre que no ahorró esfuerzos para que el terror que sembraba la banda armada tocará fin. Un demócrata que hizo de su profesión un acto de servicio a la sociedad, y cuya sangre reclama la paz que aun hoy está herida de muerte en un pueblo que la busca y desea “desesperadamente”. Un inspector de policía que luchó a brazo partido para que la paz fuera una realidad en el País Vasco, en España y en los corazones.
A uno y a otro, que vivieron para los demás, los despidieron multitudes que reconocían el valor de sus vidas y la nobleza de sus causas. Vicente y Eduardo, perduraran en la memoria de los hombres y mujeres de altos ideales, y son, desde la VIDA de la que ahora gozan, una ayuda y un estímulo para trabajar con entrega y generosidad por causas nobles, por ideales de justicia y por una sociedad fraterna y solidaria.
Hoy, también viernes, y también por la mañana, nos llegaba la noticia de la muerte de Michael Jackson. Un hombre, que no sabemos por qué, nunca estuvo a gusto consigo mismo, y se empeñó en cambiar su imagen, y como éstos cambios eran sólo superficiales, no hacían más que aumentar su insatisfacción y su vacío. Aparentemente vivió para sí, y la frivolidad, y la superficialidad fueron la nota característica de su vida. Su talento de artista quedó opacado por su “pobre vida” vacía de valores y carente de principios humanos y morales. Sí, también le despide y le llora una multitud: Unos porque echaran en falta su talento, y muchos, muchísimos, porque se les esfumó un “ídolo”, un hombre que se negó a madurar, que se refugió en su inmadurez, y que rechazando a la sociedad, se negó a sí mismo el derecho de vivir con dignidad.
Un triste referente para vidas vacías que buscan la felicidad allá donde no se les ofrece más que más vacío y sinsentido: Michel Jackson, era tan pobre, que lo único que tenía,era dinero.
Vidas muy distantes y diferentes. Hoy estos tres hombres ya están ante la Verdad y sobre todo ante el AMOR. Unos y otros, seguramente han sido acogidos por la misericordia de Dios, porque más allá de lo que todos vemos y damos por cierto y válido, sólo hay uno que ve el corazón, y por eso no juzga ni condena, sólo ama y acoge a todos como hijos.
Oremos por ellos y que Dios sea la posesión de ellos y la nuestra.
Descansen en paz.
Sor Lucía Caram O.P.
Sintonía Cordial
RD
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