Te siento en mí, lo mismo que la rosa
siente en el sol que late su hermosura;
me sabe a Dios tu pan sin levadura;
Me siento en Ti igual que mariposa
sobre la flor libando su dulzura.
Siento rayar tu amor en la locura
de hacerte yo en entrega dadivosa.
Te siento en mí tan vivo, tan cercano,
cual frufrú acompañante de la brisa,
que más que Dios, te siento como hermano.
Me siento en Ti ajeno ya a la prisa
de indagar el misterio de tu arcano,
anegado en la estela de la Misa.
Astor Brime. Sevilla.
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