Thursday, June 11, 2009

Sacerdote argentino condenado por abuso de menores, "enojado" por el veredicto


RD/Efe).-Julio César Grassi, el sacerdote católico argentino condenado hoy a 15 años de prisión por abuso sexual agravado y corrupción de menores, afirmó que se siente "enojado" ante el veredicto judicial y se lamentó por el "daño" que se le hace a la Iglesia con este caso. En declaraciones a la prensa local, el religioso dijo sentirse "muy mal, muy dolido" y "decepcionado" porque "esperaba salir absuelto".

"Me duele estar condenado por un delito que no cometí, pero muy especialmente por este tipo de delito que es tan estigmatizante, que lo vengo viendo como una cruz y que jamás hubiera sido capaz de hacer algo así", aseguró al canal de noticias C5N, de la televisión de Buenos Aires.
Grassi, que fue condenado por dos casos y absuelto de otros quince de abuso a tres menores, consideró que el fallo emitido hoy por el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón, situado a las afueras de Buenos Aires, "no tiene fundamentos" y será apelado por sus abogados defensores.
"Lo que más siento ahora es indignación. Estoy enojado con toda esta situación porque no esperaba una cosa así", manifestó el cura, que no irá a prisión hasta que la sentencia se haga firme por un tribunal de casación.
Hasta entonces, no podrá salir del país ni contactar con menores y deberá presentarse una vez por mes ante el tribunal, según el veredicto, que se dio a conocer después de nueve meses de un juicio oral por el que desfilaron 130 testigos.
La presidenta del Instituto Nacional de Igualdad (Inadi), María José Lubertino, se mostró "profundamente preocupada" por la sentencia de un caso que, a su juicio, "debió ser emblemático".
"Es importante que sobre los violadores caiga todo el peso de la ley con una pena de cumplimiento efectivo", afirmó Lubertino, quien pidió a la Justicia que no deje impunes este tipo de delitos aunque los acusados sean "personajes famosos".
La Fiscalía había pedido 30 años de prisión para el padre Grassi, siete menos que lo solicitado por la querella particular, mientras que la defensa exigió la absolución del sacerdote al considerar que no había pruebas en su contra.
"Veo un silencio de Dios, que es a veces espera, es a veces pedir un poco más de cruz, pero estoy seguro de que un día voy a resucitar. La verdad se va a saber tarde o temprano. Lamento tener que vivir este momento y el daño que esta situación le está provocando a la Iglesia", dijo Grassi, de 52 años.

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