Thursday, May 06, 2010

Las diez claves del viaje de Benedicto XVI a Portugal


Del 11 al 14 de mayo visita Lisboa, Fátima y Oporto

El Papa Benedicto XVI emprende su segundo viaje internacional de este año. Será su decimoquinto viaje internacional. Para 2010 tiene pendientes otros tres: del 4 al 6 de junio, la isla de Chipre; del 16 al 19 de septiembre, Gran Bretaña; y los días 6 y 7 de noviembre, España, con etapas en Santiago de Compostela, en pleno Año Santo, y a Barcelona para consagrar el templo expiatorio de la Sagrada Familia del siervo de Dios Antoni Gaudí, el llamado “arquitecto de Dios”.
Al igual que hemos hecho en otras ocasiones, he aquí las claves, los ejes, aproximaciones, razones y expectativas del viaje papal a Portugal:


1.- Peregrinación a uno de los principales epicentros de la catolicidad. Benedicto XVI está recorriendo, sin prisas pero sin pausas, los principales lugares y santuarios de la catolicidad. Aparecida, Mariazell, Lourdes, Czestochowa, San Giovanni Rotondo y otros de los principales y muy concurridos santuarios italianos –como su reciente visita a la catedral de Turín para Sábana Santa o su peregrinación de hace ahora un año a Tierra Santa- han antecedido su visita a Fátima, razón primera y fundamental de su viaje a Portugal.

Benedicto XVI, como buen pastor que es, sabe de la importancia y significado de estos lugares, del amor que les profesan cientos de miles de fieles de todo el mundo. Es consciente de su efecto catalizador para el catolicismo local y universal. Sabe de la importancia de la religiosidad popular. Y conoce, como pocos, las esencias y las resonancias tan evangélicas de estos lugares.

2.- En el décimo aniversario de la beatificación de Jacinta y Francisco y en el centenario del nacimiento de Lucía. Así reza además el epígrafe y enunciado oficial del viaje a Portugal. Los beatos Francisco y Jacinto Marto y la sierva de Dios Lucia dos Santos fueron los tres niños, los tres pastorcillos videntes de las apariciones marianas de Fátima en 1917.
En la historia religiosa y social de Portugal estas apariciones marcan un antes y un después y también lo marcan en la misma historia de la Iglesia del siglo XX. Desde entonces, desde 1917, Fátima se ha convertido en uno de los principales reclamos del cristianismo y de la piedad popular, con fuerte presencia e impregnación más allá de las fronteras lusas.
Lo acontecido en Fátima en 1917 y lo que sucedió y sigue sucediendo después y el particular simbolismo del protagonismo de aquellos tres pobres y analfabetos es todo un signo y un misterio de gracia.

3.- Benedicto XVI es uno de los principales conocedores de la tradición fatimista. El fue, siendo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, quien explicó el significado y el alcance del llamado tercer secreto de Fátima y de su anuncio, sesenta años antes, del atentado que sufriría un Sucesor de San Pedro, precisamente un día 13 de mayo, el mismo día de la primera de las apariciones marianas de Fátima. El entonces secretario del dicasterio vaticana que Ratzinger presidía, monseñor Tarcisio Bertone, era el confidente de Sor Lucía, la tercera vidente y quien presidió sus exequias en febrero de 2005 cuando este era ya cardenal arzobispo de Génova.
El actual Papa, sucesor inmediato del Papa objeto del tercer secreto de Fátima, Juan Pablo II, conoce además el corazón mismo del mensaje de conjunto de estas apariciones, de su permanente actualidad, profecía e interpelación.

4.- Conversión y esperanza, corazón de Fátima, hilo conductor del viaje papal: “Desde Fátima –señaló Juan Pablo II y ahora, en las vísperas y preparación de la visita de Benedicto XVI, recuerdan los obispos portugueses- irradia para todo el mundo un mensaje de conversión y esperanza; un mensaje que, en conformidad con la fe cristiana, está profundamente insertado en la historia… La llamada que Dios nos hace llegar a través de la Virgen Santa conserva intacta, aún hoy, su actualidad”.
“Contigo caminamos en esperanza. Cristianismo, sabiduría y misión” es el lema de la visita apostólica. Se trata de una esperanza muy necesaria tanto para la vida social y pública del país como la misma Iglesia, en horas quizás de estancamiento.

5.- Tras las huellas de sus predecesores inmediatos. Benedicto XVI será el tercer Papa que peregrine a Fátima. Ya lo hizo siendo sacerdote, obispo y cardenal. Ahora lo hace como pastor supremo de la Iglesia. Ya en 1967, en estas mismas fechas, peregrinó a Fátima Pablo VI, quien renovó la consagración al Inmaculado Corazón de María en la conmemoración del cincuenta aniversario de las apariciones marianas.
Juan Pablo II, a cuya vida y ministerio la Providencia vinculó estrecha, íntima y misteriosamente con Fátima, viajó hasta el lugar en tres ocasiones: en 1982, en 1991 y en 2000.
En esta última visita, beatificó a Jacinta y a Francisco y anunció que desvelaba el tercer secreto de Fátima. Aquella beatificación estaba prevista para el 9 de abril en Roma, pero, por decisión expresa y de última hora del entonces Papa, tuvieron lugar en Fátima otro 13 de mayo. Otro 13 de mayo –dicho queda- Juan Pablo II sobrevivió milagrosamente al atentado de 1981 en la plaza de San Pedro de Roma, perpetrado por el turco Ali Agca. Para el 13 de mayo de 1982, en el primer aniversario de aquel tremendo acontecimiento, Juan Pablo II quiso viajar de nuevo a Fátima para dar gracias a la Virgen y para colocar la bala del atentado junto a su corona. Y aquel mismo día, otra persona –el entonces sacerdote español tradicionalista Juan Fernández Kron- atentó, de nuevo contra el Papa, esta vez sin mayores consecuencias.

6.- Portugal, una nación católica. Según los últimos datos estadísticos publicados en las vísperas mismas de este viaje, el 88,3% de la población portuguesa se declara católica. Son nueve millones cuatrocientos personas de un total de diez millones seiscientas con que cuenta la nación lusa.
Su evangelización primera llegó en la época misma de la romanización, al igual que aconteció con la vecina España. En la actualidad, la Iglesia católica lusa está dividida en 21 circunscripciones eclesiásticas (diócesis o similares). Hay 52 obispos, 2.825 sacerdotes diocesanos, otros 972 sacerdotes religiosos, 212 diáconos permanentes, 312 religiosos no sacerdotes y 5.695 religiosas.
Los seminaristas mayores en este curso son 444 y los menores, 279. Hay igualmente 594 personas laicas consagradas en Institutos Seculares y cinco misioneros seglares.
El número de parroquias asciende a 4.389 y hay asimismo otros 2.878 centros pastorales. El número de catequistas es de 63.906. La Iglesia católica en Portugal tiene 703 escuelas maternales y de educación primaria, 80 escuelas secundarias y 26 centros de educación superior y universitaria, que atienden 84.380 niños, 30.974 escolares y 13.876 alumnos, respectivamente.
Asimismo hay 34 hospitales de la Iglesia, 155 ambulatorios, 799 casas para ancianos, inválidos y necesitados, 663 orfanatos, 52 consultorios familiares y centros de protección de la vida, 464 centros de educación especial y de reeducación y otras 168 instituciones sociocaritativas.
La sociología católica lusa ha sido y es muy similar a la española, con periodos también de persecución y con oleadas, como las actuales, de laicismo y secularismo.
Muestra de esta historia católica es igualmente el arte, la tradición y la cultura del país, con numerosos, hermosos y hasta bien conocidos ejemplos al respecto.
Tras su ejemplar y fulminante proceso de transición a la democracia de 1974 (la llamada revolución de los claveles del 25 de abril de 1974), se han ido alternando gobiernos de ideologías conservadoras y socialistas. En la actualidad, el primer ministro, José Sócrates, es socialista y el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, es de centro-derecha. Tras cinco años en el poder, Sócrates ha impulsado algunas leyes laicistas como el aborto o los matrimonios homosexuales.

7.- Portugal, una nación misionera. Portugal ha gobernando, durante siglos y hasta, en algunos casos, hace escasas décadas, importantes colonias, que, a su vez, evangelizó. Dos de ellas, quizás las más relevantes, fueron Brasil y Angola, países ambos ya visitados por Benedicto XVI, en mayo de 2007 y en marzo de 2009, respectivamente.
La acción evangelizadora de Portugal, sin alcanzar los altísimos niveles que la de España, es uno de sus timbres de gloria. Una realidad, eso sí, quizás hoy día un tanto olvidada o poco potenciada en el catolicismo luso.

8.- Portugal, una nación en encrucijadas varias. En la actualidad, Portugal vive inmersa en varias encrucijadas. El progreso y bienestar económico de las últimas décadas y los beneficios de su incorporación a la Unión Europea se enfrentan hoy día a la crisis económica, muy severa. Los dos principales partidos políticos han logrado firmar un acuerdo para combatir la crisis. Los zarpazos del secularismo –dicho está- también se dejan sentir en el país.
La apertura a Europa y al mundo, tras siglos casi de insularidad en medio de una península…, ha enriquecido humana, cultural y socialmente a Portugal, pero también se ha confrontado y se confronta con su alma religiosa y su tradición católica.

9.- Los actuales desafíos de la Iglesia en Portugal. Una mejor, más constante, más penetrante y más expansiva educación en la fe es uno de los mayores retos de la Iglesia lusa. En este sentido, los obispos portugueses en octubre al anunciarse oficialmente la visita papal se expresaban así:
“La visita del Santo Padre podrá también animar el empeño constante y generoso en la obra de la evangelización, ayudando a pasar de una religiosidad tradicional a una fe adulta y pensada, capaz de un testimonio valeroso en privado y en público, que sepa enfrentar los desafíos del secularismo y del relativismo doctrinal y ético, típicos de nuestro tiempo, y al cual Benedicto XVI se refiere frecuentemente”.
Cuatro grandes objetivos y expectativas se han marcado los obispos lusos de cara al viaje, entendido tanto su preparación, como en su desarrollo y posterior aplicación. Son estos:
“Reavivar nuestra fe, a través de un encuentro más consciente con la Palabra de Dios, dando a nuestras comunidades un rostro misionero.
Dinamizar nuestra esperanza, para que podamos abrir caminos de solución a las dificultades y crisis que experimenta nuestra sociedad.
Revigorizar nuestra caridad, dando mayor consistencia a los innúmeros espacios de solidaridad y asistencia social, como respuesta a los dramas de la sociedad, particularmente las nuevas formas de pobreza.
Fortalecer nuestra unidad a través de un proyecto común de pastoral, acogido por todas las comunidades, con el objetivo de poder responder a los desafíos seculares y civiles en que vivimos”.

10.- Un viaje, en suma, para fortalecer a una querida y destacada Iglesia local y desde ella a toda la Iglesia. La visita de Benedicto XVI a Portugal será, junto a la de Gran Bretaña, la más larga que realice en 2010. El viaje abarca cinco días, casi completos, e incluye once grandes actos públicos, con sus correspondientes alocuciones.
Benedicto XVI llegará al aeropuerto internacional Portela de Lisboa a las 11 horas del martes 11 de mayo. La ceremonia oficial de bienvenida será en el monasterio de los Jerónimos de la capital lusa, y después visitará al presidente de la República en su sede del palacio de Belem. En la tarde del martes 11, a las 18:15 horas, oficiará una gran Misa en Terreiro do Paço de Lisboa, adonde se espera la asistencia de doscientas mil personas.
El miércoles día 12, en el Centro Cultural de Belem, será el encuentro con el mundo de la cultura, a las diez de la mañana. Dos horas más tarde recibirá en la sede la nunciatura apostólica en Lisboa al primer ministro. Tras el almuerzo se desplazará en helicóptero a Fátima, donde pasará dos noches. El miércoles 12 Benedicto XVI visitará, a las 17:30 horas, la capilla de las apariciones; a las 18 horas rezará vísperas con sacerdotes, religiosos, diáconos y seminaristas, en la nueva iglesia de la Santísima Trinidad; y a las 21:30 horas, bendecirá las antorchas, cirios y velos para la diaria procesión nocturna del rezo del Rosario en la explanada del santuario.
El 13 de mayo –otro 13 de mayo, ahora 93 años después- el Papa oficiará la Eucaristía, a las 10 de la mañana, en la explanada del santuario, y por la tarde, mantendrá sendos encuentros: a las 17 horas con representantes de las organizaciones de pastoral social y a las 18:45 horas, con los obispos de Portugal.
El viernes 14, a las 8:40 horas, Benedicto XVI deja Fátima y vuela hacia Porto, la segunda ciudad lusitana. Allí, en la gran plaza de la avenida de los Aliados, tendrá otra Misa, a las 10:15 horas. A las 13:30 horas será la ceremonia de despedida en el aeropuerto de Porto y su llegada a Roma está prevista para las 18 horas del mismo día.
El programa podrá incluir algún encuentro con representantes de otras confesiones cristianas y de otras religiones y alguna ligera incorporación al plan previsto.
Ecclesia

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