Estados Unidos: ningún castigo para las monjas “rebeldes”

«Atenuada» la inspección del Vaticano dentro de los institutos religiosos estadounidenses

GIACOMO GALEAZZI
CIUDAD DEL VATICANO

«Atenuada» la inspección del Vaticano dentro de los institutos religiosos estadounidenses. Hace tres años, el entonces cardenal Franc Rodé, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, la había puesto en marcha para indagar sobre los «estilos de vida» de las monjas de los Estados Unidos. Después de que fueron denunciados graves problemas de desobediencia doctrinal y disciplinar, el cardenal Rodé había pedido a la superiora general de las Apóstolas del Sagrado Corazón de Jesús, la estadounidense Mary Clare Millea. Como botón de muestra de la dirección «ultraprogresista» en los conventos de los Estados Unidos puso como ejemplo el apoyo de grupos de religiosas a la reforma sanitaria de Obama que incluía el recurso del aborto. Mientras la visita procedía entre las protestas de algunas asociaciones de monjas que se quejaban por la pérdida de la autonomía de sus órdenes religiosas bajo la «moderna Inquisición de la Santa Sede», en Roma estaba cambiando la cúpula de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

Primero llegó como nuevo secretario del dicasterio vaticano monseñor Joseph William Tobin, de 59 años y oriundo de Detroit y que había sido superior general de los padres Redentoristas. E inmediatamente tranquilizó a las religiosas estadounidenses sobre los efectos de la visita en curso, y, de hecho, le restó importancia antes de que concluyera. Después, el cardenal Rodé cedió el posto a João Braz de Aviz, exarzobispo de Brasilia. Y ahora que la inspección ha terminado parece que la Congregación pretende ayudar a las religiosas para que mejoren y, de esta forma, no ser vista como un censor externo con la única intención de corregir los errores. A pesar de esta nueva “característica” de la visita, parece ser que sigue habiendo algunos problemas. De hecho, parece que por lo menos un tercio de los conventos femeninos estadounidenses no abrió sus puertas al Vaticano, que comenzó su visita el 22 de diciembre de 2008 mediante, justamente, la Congregación vaticana para los Institutos de Vida Consagrada. La inspección suscitó desde el principio críticas y sospechas en los monasterios estadounidenses; y la situación empeoró después del que el cardenal Franc Rodé citó al «feminismo» como uno de los motivos de la visita. Sin embargo, recientemente el purpurado eslovaco se jubiló y fue sustituido por el brasileño João Braz de Aviz. Como “segundo de a bordo” del dicasterio vaticano quedó el estadounidense Joseph Tobin, que, una vez en su cargo, aseguró que la investigación no pretendía castigar a nadie y que la Santa Sede habría tomado en consideración las objeciones de las monjas.

La visita se desarrolló bajo la atenta mirada de la Madre Mary Clare Millea, superiora general de las Apóstolas del Sagrado Corazón de Jesús, que fue nombrada visitador apostólico por Rodé. La Madre Millea entregó un informe general a monseñor Joseph Tobin con los datos y las observaciones que pudo recoger durante casi dos años de investigaciones y de encuentros y entrevistas que sirvieron para analizar la situación. Junto al informe general, también le entregó los primeros informes individuales de cada uno de los 400 institutos religiosos de los que se ocupa el estudio. Los que quedan pendientes llegarán, con toda probabilidad, en la primavera. El contenido del informe es reservado, pero la Madre Millea expresó su satisfacción por los resultados que surgieron de la investigación. «La visita apostólica provocó un interés difundido y esta atención ha suscitado una renovado aprecio por el papel de las religiosas en la Iglesia y en la sociedad, y ha aumentado el diálogo y la consciencia recíproca entre las diferentes comunidades de los Estados Unidos», declaró en una nota la superiora. «Veo alegrías y dificultades cotidianas también en mi comunidad. Pero haber podido confirmar en persona la perseverante vocación de las religiosas de los Estados Unidos, en sus ministerios y en su fe, y ver los frutos del servicio ha sido muy positivo. Aunque haya problemas en la vida religiosa que exigen atención, sigue siendo una realidad de fidelidad, alegría y esperanza», concluyó la Madre Millea. «La Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica –indicó el padre Lombardi– se puede esperar que la Congregación dé a conocer una evaluación sobre los resultados de la visita».

Vatican Insider