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Los centros sociales de la Compañía de Jesús en el país, consideraron este miércoles la ratificación del director de Migración, José Ricardo Taveras, “incoherente” con el discurso de juramentación del presidente Danilo Medina, en el que se refirió al tema migratorio “de forma esperanzadora”.
A través un comunicado, las organizaciones Jesuitas entienden que dejar la Dirección General de Migración en las manos de personas que han pedido públicamente la salida del país de organismos internacionales que velan por el respeto a los derechos humanos, “constituye una reafirmación del enfoque desfasado con el que se ha pretendido gerenciar las migraciones”.
Además de las vicisitudes que según dicen están sometidos centenares de haitianos que buscan regularizar su estatus migratorio, incluso definido antes, resaltan que durante los últimos 18 meses, la sociedad ha sido testigo de malas prácticas administrativas de Migración con las que se ha pretendido, incluso, impedir el acceso a la escuela a niños y niñas indocumentados.
“Es inaceptable que en esta institución del Estado la discrecionalidad, la arbitrariedad, la exclusión, la intolerancia y la falta de transparencia en los procesos de toma de decisión sean la norma, en lugar del apego a la Constitución y a las leyes, a los parámetros del estado de derecho y a los convenios internacionales asumidos por el país”, indican las
Organizaciones.
Dicen que la incoherencia presidencial se expresa, además, en la propia realidad la Dirección General de Migración “Mientras es formal y legalmente responsable de ejecutar la política migratoria, que incluye la promoción de la regulación y documentación de los migrantes, constituya al mismo tiempo un obstáculo de los canales institucionales previstos para lograr esos objetivos. Aún peor, esta obstrucción se fundamenta en la discriminación por el origen nacional de los solicitantes”.
Estableciendo sus propios objetivos vinculados al eslogan de campaña del presidente Medina, quien lo reiteró ya como proyecto de su gobierno, las organizaciones dicen esperar que lo que estuvo bien sea continuado; corrija lo que está mal dando un giro al enfoque de la política migratoria, y haga lo que nunca se ha hecho cumpliendo la ejecución del Plan Nacional de Regularización de los Extranjeros, establecido desde hace ocho años por la Ley General de Migración.
“Esperamos que la nueva política migratoria se base en el respeto a la Constitución y a las leyes, aplicadas de manera transparente, justa y sin discriminación. La política migratoria ha de abrir espacios para la participación de todos los actores sociales. Desde 1930 estamos aplicando un modelo que no ha dado buenos resultados. ¡Es tiempo de un cambio!”, concluye la declaración de las organizaciones jesuitas.
Autor: LAZARO MEDINA
El Nuevo Diario, Santo Domingo
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