En el Meeting de Rimini dramático llamamiento a la comunidad internacional del presidente de los obispos nigerianos
REDACCIÓNROMA
«Presionad a vuestros gobiernos, no nos dejéis solos porque de otro modo Nigería será destruida». El llamamiento llega de parte de monseñor Ignatios Kaingama, arzobispo de Jos y presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria, que desde hace meses está viviendo en medio a la violencia que afecta en gran parte a la comunidad cristiana. Incluso el arzobispado mismo de monseñor Kaigama ha sido atacado y desde principios de año se cuentan ya casi 800 muertos. «Es necesaria una respuesta por parte de la comunidad internacional –subraya- y es necesario concentrar los esfuerzos para garantizar la libertad religiosa a los nigerianos».
Hablando a la platea del Meeting de Comunión y Liberación, que hoy ha inaugurado sus labores en la Feria de Rimini, el obispo que un poco se ha convertido en el símbolo de esta tragedia y de la resistencia de la Iglesia, narra la vida cotidiana de los cristianos que, sobre todo en los estados del Norte, «viven constantemente con miedo, porque los extremistas de Boko Haram golpean principalmente a víctimas inocentes, a menudo fieles que están en misa, incluso en Navidad hubo ataques y víctimas». Pero habla también de los jóvenes cristianos de su diócesis que exasperados «piden a la Iglesia dinero para comprar armas para vengarse y combatir contra los musulmanes. Pero yo les digo que no soy un guerrero. Mi función es promover la paz».
Una paz también amenazada por las dificultades en las que vive la población. Así que, la iglesia local se ocupa también de «agua, sanidad, servicios. Recorro las aldeas, me siento un poco asistente social mientras los funcionarios del gobierno permanecen en sus oficinas con el aire acondicionado».
Vatican Insider
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