La miembro más joven de la nueva comisión trabaja en una consultoría | Los italianos pierden poder y la gestión de la Santa Sede se internacionaliza | Bergoglio recurre a asesores externos para un cambio radical en el Vaticano
Italia tiene una gran debilidad por la imagen femenina. En el caso de Francesca Immacolata Chaouqui -cuya foto apareció ayer en todos los periódicos-, se dan otros factores adicionales. La mujer es joven -30 años-, vistosa y hasta desprende cierto glamur. Trabaja como directora de comunicación en la consultora internacional Ernst & Young y es una participante activa en las redes sociales. Pero el elemento decisivo para su eclosión mediática ha sido que acaba de ser escogida en la comisión de ocho expertos que deben poner patas arriba la economía vaticana para hacerla más eficiente y transparente.
"Mi corazón, mi fe, mi compromiso y mi profesionalidad al servicio de la Iglesia y del Santo Padre. Siempre". Ese fue el comentario que colgó Chaouqui en Twitter cuando se hizo oficial su nombramiento, el pasado viernes. Es la única mujer del grupo asesor y el único integrante italiano. No fue raro, pues, que los medios nacionales bucearan en su pasado y descubrieran algunos detalles interesantes de su biografía. Como ya insinúa su apellido, Chaouqui es hija de un inmigrante norteafricano. Pero ella nació y se crió en un pueblo de Calabria. La que ya llaman "asesora del Papa" estudió en la universidad romana de La Sapienza. Algunos medios la sitúan muy próxima al Opus Dei.
Chaouqui describió muy bien el entorno sociocultural en que creció, en Calabria, al intervenir en un blog con motivo del reciente asesinato, en su región, de una joven de 16 años, Fabiana Luzzi. Chaouqui recordó que las mujeres calabresas, aún hoy, cuando están embarazadas rezan para tener un hijo varón. Pese a ello, es una tierra muy matriarcal en las que las madres dirigen las familias y toman muchas veces las decisiones por los hijos. "Fabiana creció como todas nosotras, oyendo decir (en dialecto calabrés) "cittu catu si filmmina, non su così pi tia" (estate callada, eres una mujer, no son cosas para ti)", escribió Chaouqui.
Hay quien dice que Francisco, con medidas como las comisiones externas a la que pertenece Chaouqui, está desacralizando la curia o, al menos, muestra una clara desconfianza hacia el poder establecido. Lo cierto es que el Papa, con cada decisión que toma, provoca una sacudida dentro y fuera de los muros vaticanos. En Italia empiezan a tener la sensación de que la gestión en la cúpula de la Iglesia católica se está internacionalizando de verdad, que los italianos van a perder progresivamente el enorme poder que atesoraban desde hacía siglos.
La nueva comisión para los asuntos económicos tiene plenos poderes para analizar todos los departamentos de la Santa Sede y entidades dependientes. Su misión es "elaborar soluciones estratégicas de mejora", para evitar "el derroche de recursos económicos, favorecer la transparencia en los procesos de adquisición de bienes y servicios, perfeccionar la administración del patrimonio mobiliario e inmobiliario y operar siempre con mayor prudencia en el ámbito financiero".
Además de Chaouqui, son miembros de la comisión un economista maltés, Joseph Zahra, en calidad de presidente, y el monseñor español Lucio Ángel Vallejo Balda -el único eclesiástico, que ya es actual el secretario de la Prefectura de Asuntos Económicos-. El perfil internacional del panel se completa con otro español, Enrique Llano, experto en economía sanitaria, dos mánagers franceses, un alemán y hasta un exgeneral y exministro de Asuntos Exteriores de Singapur, George Yeo, de fe católica.
En la curia no estaban acostumbrados a una fiscalización externa de tanta intensidad. Supone una auténtica revolución para sus seculares usos y costumbres. El objetivo evidente es mejorar el funcionamiento, pero también resulta obvio que los convierte en más vulnerables y sujetos a un escrutinio implacable de la prensa. Personas como Chaouqui o el exministro de Singapur tendrán un acceso sin precedentes a los delicados entresijos vaticanos.
La Vanguardia
"Mi corazón, mi fe, mi compromiso y mi profesionalidad al servicio de la Iglesia y del Santo Padre. Siempre". Ese fue el comentario que colgó Chaouqui en Twitter cuando se hizo oficial su nombramiento, el pasado viernes. Es la única mujer del grupo asesor y el único integrante italiano. No fue raro, pues, que los medios nacionales bucearan en su pasado y descubrieran algunos detalles interesantes de su biografía. Como ya insinúa su apellido, Chaouqui es hija de un inmigrante norteafricano. Pero ella nació y se crió en un pueblo de Calabria. La que ya llaman "asesora del Papa" estudió en la universidad romana de La Sapienza. Algunos medios la sitúan muy próxima al Opus Dei.
Chaouqui describió muy bien el entorno sociocultural en que creció, en Calabria, al intervenir en un blog con motivo del reciente asesinato, en su región, de una joven de 16 años, Fabiana Luzzi. Chaouqui recordó que las mujeres calabresas, aún hoy, cuando están embarazadas rezan para tener un hijo varón. Pese a ello, es una tierra muy matriarcal en las que las madres dirigen las familias y toman muchas veces las decisiones por los hijos. "Fabiana creció como todas nosotras, oyendo decir (en dialecto calabrés) "cittu catu si filmmina, non su così pi tia" (estate callada, eres una mujer, no son cosas para ti)", escribió Chaouqui.
Hay quien dice que Francisco, con medidas como las comisiones externas a la que pertenece Chaouqui, está desacralizando la curia o, al menos, muestra una clara desconfianza hacia el poder establecido. Lo cierto es que el Papa, con cada decisión que toma, provoca una sacudida dentro y fuera de los muros vaticanos. En Italia empiezan a tener la sensación de que la gestión en la cúpula de la Iglesia católica se está internacionalizando de verdad, que los italianos van a perder progresivamente el enorme poder que atesoraban desde hacía siglos.
La nueva comisión para los asuntos económicos tiene plenos poderes para analizar todos los departamentos de la Santa Sede y entidades dependientes. Su misión es "elaborar soluciones estratégicas de mejora", para evitar "el derroche de recursos económicos, favorecer la transparencia en los procesos de adquisición de bienes y servicios, perfeccionar la administración del patrimonio mobiliario e inmobiliario y operar siempre con mayor prudencia en el ámbito financiero".
Además de Chaouqui, son miembros de la comisión un economista maltés, Joseph Zahra, en calidad de presidente, y el monseñor español Lucio Ángel Vallejo Balda -el único eclesiástico, que ya es actual el secretario de la Prefectura de Asuntos Económicos-. El perfil internacional del panel se completa con otro español, Enrique Llano, experto en economía sanitaria, dos mánagers franceses, un alemán y hasta un exgeneral y exministro de Asuntos Exteriores de Singapur, George Yeo, de fe católica.
En la curia no estaban acostumbrados a una fiscalización externa de tanta intensidad. Supone una auténtica revolución para sus seculares usos y costumbres. El objetivo evidente es mejorar el funcionamiento, pero también resulta obvio que los convierte en más vulnerables y sujetos a un escrutinio implacable de la prensa. Personas como Chaouqui o el exministro de Singapur tendrán un acceso sin precedentes a los delicados entresijos vaticanos.
La Vanguardia
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