Friday, September 05, 2008

El milagro de Betancourt


Se ha convertido en el símbolo del drama de los rehenes. Hoy es libre, es un símbolo de esperanza. ¿Qué mensaje manda a todos los rehenes en Colombia y a los que están retenidos en otros países?
"Mi mensaje será siempre el mismo. En la dimensión del ser humano hay un espacio privilegiado que es el espacio del espíritu. Tenemos que ir a buscar el espíritu. Es necesario tener una dimensión espiritual en nuestra respuesta al mundo, especialmente ya que el mundo es hostil y vivimos el sufrimiento y estamos con otros seres humanos que nos hacen daño y nos hacen sufrir. El gran recurso es siempre el espiritual. Es necesario responder siempre con una actitud espiritual".
¿El amor ?
"Sí, entonces hablamos del amor, es verdad. La inteligencia no es nada sin el amor. Como el ser humano no es nada sin el espíritu. Somos especiales y tenemos un destino en el universo por nuestra capacidad de amar. Y si hablamos de amor tenemos que hablar de libertad. Cuando Dios creó al hombre lo hizo con capacidad para amar. No hizo un robot que amara a cualquier precio: nos dio la libertad de amar o no. El amor auténtico es un amor en libertad. Es cuando uno tiene la oportunidad de no amar que el amor es bello. Y es por este motivo que la libertad tiene que estar en lo más profundo de la lucha de todos, en particular de los católicos. Si no entendemos que es en libertad que podemos expresar el don más grande de Dios que es el don del amor, y del amor por Él.
Si no entendemos el valor de la libertad no hemos entendido lo que Dios ha hecho de nosotros desde que nos creó”.
Está la cuestión del perdón, muy importante para los católicos y los cristianos. ¿El tiempo del perdón ya ha empezado? ¿O ha terminado?”El tiempo del perdón tiene que ser un ejercicio cotidiano, de cada instante. Nos tenemos que llenar por esta actitud de perdón. Perdón por el pasado, perdón por el presente. El perdón también para el futuro. Porque si de lo que nos va a ocurrir estamos ya en la línea de esperarlo con perdón, entonces ya somos libres”.
¿Se siente libre?
“Sí, soy muy libre, soy muy muy libre!”.
Una pregunta personal. ¿Es feliz? ¿Es fácil ser feliz?
“Estoy en el séptimo cielo, muy cerca de dónde San Pablo fue, pero para él fue distinto porque le torturaron, y a mi no. Estoy realmente en la más grande de las felicidades. Y doy gracias todos los días a Dios por este bienestar. Y no quiero olvidarlo, no quiero verme en la vida de cada día olvidando que estar viva es un milagro, que el hecho de ser libre es un milagro, que poder abrir mi nevera y comer una manzana es un milagro, o poder dormir en una cama con sábanas, escoger mis zapatos… es un milagro. Es preciso que nos demos cuenta de lo que tenemos para poder dar gracias verdaderamente a Dios. Si no es como si tuviéramos derecho a todo. El sólo hecho de estar vivos es enorme. Las bendiciones se acumulan, tendríamos que tomar perspectiva de esto. En Occidente tenemos demasiado y no nos damos cuenta".
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