Friday, June 05, 2009

Obama y el califato cordobés




Tengo que reconocer que este Obama me trae loco. Sin mitificarlo ni idolatrarlo, que todos sabemos las grandes limitaciones de la política, a mí no me defrauda. Su último discurso sobre el Islam es modélico de una nueva actitud de tolerancia, diálogo, fomento de la libertad religiosa y visión positiva del Corán y de los millones de seguidores de esta religión que no tienen nada de violentos ni de seguidores de Ben Laden.

Es verdad que tuvo un pequeño resbalón histórico -sin duda de sus asesores, que confundieron el periodo de la Inquisición con el del Califato. Sólo en este último se dio una convivencia entre las tres culturas. Antes contra los cristianos y luego con la Inquisición vino lo contrario, la “limpia”, la expulsión, la intransigencia. Pero es verdad que, como en Toledo, en nuestro país se dio un trasvase entre las tres culturas, cristiana, islámica y judía de la que aún somos herederos.

Así lo he podido constatar al investigar la vida y obra de San Juan de la Cruz, para mi libro El místico, que acaba de aparecer: la madre de Juan de Yepes era, al parecer, mudéjar y por parte de padre, como en el caso de Santa Teresa, también se investiga la sangre de “cristianos nuevos”.
Pero el sustrato sufí de algunos aspectos de su mítica, que también aparece en algunos aspectos de la de San Ignacio de Loyola (oración por anhélitos y supino rostro arriba) nos habla de métodos e ideas que ya estaban de alguna manera el místico medieval sufí murciano Ibn’ Arabí.

Frente al enfrentamiento belicoso y armamentista de Bush, Obama está dando pasos históricos, los únicos que pueden apagar la hoguera de Oriente Medio y recomponer algo este mundo que se rompió estepitosamente con las Torres Gemelas. Es cierto que los judíos tienen que empezar por entrar por el aro. Y que el petróleo no puede tener la última palabra. Ojalá no aparezca ningún killer, de esos que van cargándose a los mesías que aparecen.

¡Ah! Córdoba le ha invitado al presidente Obama a darse un garbeo por los monumnetos y ruinas de los califas. Mejor sería que nuestros políticos dieran algo de ejemplo de tolerancia, diálogo y cordura, del que han andado tan lejos en este periodo preelectoral-
Pedro Miguel Lamet
El alegre cansancio

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