Isaías 6:5-8
"Ay de mí, estoy perdido, porque soy un hombre de labios impuros y vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, Yavé de los Ejércitos!" Entonces voló hacia mí uno de los serafines. Tenía un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas, tocó con él mi boca y dijo: "Mira, esto ha tocado tus labios, tu falta ha sido perdonada y tu pecado, borrado." Y oí la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?" Y respondí: "Aquí me tienes, mándame a mí."
"Ay de mí, estoy perdido, porque soy un hombre de labios impuros y vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, Yavé de los Ejércitos!" Entonces voló hacia mí uno de los serafines. Tenía un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas, tocó con él mi boca y dijo: "Mira, esto ha tocado tus labios, tu falta ha sido perdonada y tu pecado, borrado." Y oí la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?" Y respondí: "Aquí me tienes, mándame a mí."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Escucho la voz del Señor preguntando: "A quién enviaré?". Mientras deseo contestar "mándame a mí", ruego por la Gracia que necesitaré en este momento.
Dios tiene confianza en mí, cree en mí y me envía a hablar a su pueblo. Ruego que yo confíe en mí mientras me apoyo en el Señor.
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