La vida en el planeta clama por su defensa y conservación
Graziela Cruz. Brasil) La 47ª Campaña de la Fraternidad (CF), promovida por la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB, por sus siglas en brasileño) para el tiempo cuaresmal, fue inaugurada oficialmente el pasado día 9, Miércoles de Ceniza. El lanzamiento, presidido por el secretario general de la CNBB, Dimas Lara Barbosa, tuvo lugar en la sede del Episcopado, en Brasilia, y arrancó con un mensaje de Benedicto XVI. A continuación, el secretario ejecutivo de la CF, el padre Luiz Carlos Dias, se refirió a los objetivos de la Campaña y a su dinámica de aplicación en diócesis, parroquias y comunidades de todo el país.
Como ya es habitual, la CF aborda un tema actual que afecta a toda la sociedad: en esta ocasión, “Fraternidad y la Vida en el Planeta”. Bajo el lema La creación gime con dolores de parto (Rm 8, 22), la Iglesia brasileña dirige su atención en esta Cuaresma al calentamiento global y el cambio climático. Además de ofrecer ideas para la reflexión, otro de los objetivos de la CF es emprender acciones concretas para preservar la vida en la Tierra.
Para el secretario general de la CNBB, cuando la Iglesia habla de tales cuestiones, lo hace movida por la fe. “La fe –afirmó Lara Barbosa– nos hace ser concretos en un debate como este. Nuestra fundamentación es teológica, y se basa en el diseño de Dios para la creación y para el ser humano”. Y añadió: “La ecología humana es una cuestión fundamental planteada por Juan Pablo II y por Benedicto XVI. Según el Papa, el centro del universo es la persona humana y, a menudo, las políticas públicas no tiene en cuenta esto, especialmente a los más vulnerables, los más pobres”.
El secretario ejecutivo de la CF, por su parte, explicó que esta preocupación de la Iglesia por el medio ambiente está ligada a su misión de defender la vida. Y es que “el estado de nuestro planeta requiere atención para seguir proporcionando las condiciones necesarias para la vida”, recordó el padre Luiz Carlos Dias.
Como ya es habitual, la CF aborda un tema actual que afecta a toda la sociedad: en esta ocasión, “Fraternidad y la Vida en el Planeta”. Bajo el lema La creación gime con dolores de parto (Rm 8, 22), la Iglesia brasileña dirige su atención en esta Cuaresma al calentamiento global y el cambio climático. Además de ofrecer ideas para la reflexión, otro de los objetivos de la CF es emprender acciones concretas para preservar la vida en la Tierra.
Para el secretario general de la CNBB, cuando la Iglesia habla de tales cuestiones, lo hace movida por la fe. “La fe –afirmó Lara Barbosa– nos hace ser concretos en un debate como este. Nuestra fundamentación es teológica, y se basa en el diseño de Dios para la creación y para el ser humano”. Y añadió: “La ecología humana es una cuestión fundamental planteada por Juan Pablo II y por Benedicto XVI. Según el Papa, el centro del universo es la persona humana y, a menudo, las políticas públicas no tiene en cuenta esto, especialmente a los más vulnerables, los más pobres”.
El secretario ejecutivo de la CF, por su parte, explicó que esta preocupación de la Iglesia por el medio ambiente está ligada a su misión de defender la vida. Y es que “el estado de nuestro planeta requiere atención para seguir proporcionando las condiciones necesarias para la vida”, recordó el padre Luiz Carlos Dias.
Compromiso con el medio ambiente
En Brasil, son muchas las iniciativas pastorales comprometidas con la conservación del medio ambiente. En São Paulo, la Pastoral de la Ecología no solo promueve seminarios de reflexión y formación sobre problemas medioambientales, sino también acciones locales según las necesidades. Es el caso de la Asociación Reciclázaro, en la que los fieles de una parroquia iniciaron una campaña de acogida para personas sin hogar y de limpieza de la plaza cercana a la misma.
Vida Nueva
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