Wednesday, March 16, 2011

JAPÓN - “Hay que reconocer los errores cometidos con la energía nuclear", dice un misionero

Sydney (Agencia Fides) – “Pero también será necesario que se reconozcan los errores cometidos, algo que es un aspecto importante de la cultura nipona. Esto vale especialmente por el tema de la central nuclear: las autoridades han admitido algunas fugas radiactivas de Fukoshima, y no sabemos qué daños pueden causar": es el testimonio concedido a la Agencia Fides por el P. Brian Vale, misionero de San Columbano, que ha vivido muchos años en Japón, y que reside en Australia, desde el terremoto y el tsunami que han azotado el noreste de Japón.


Sobre cómo ha afrontado el país el tema del nuclear, en los últimos 60 años, p. Bale recuerda: "En Japón, muchos todavía tienen una verdadera alergia a la energía nuclear, después de los desastres de Hiroshima y Nagasaki. Los estudiantes de la escuela van a visitar los lugares afectados y los museos de la memoria y la educación para la paz es parte integrante del currículum escolar”. "Pero en los últimos años - continúa el misionero - muchos han expresado dudas de que los políticos y los gobiernos que han comenzado la construcción de plantas de energía nuclear, a pesar del alto riesgo sísmico del territorio, están atados a la industria que edifica las centrales. Los opositores de la energía nuclear, en el pasado, no han tenido la fuerza política necesaria para detener la construcción de las centrales”.


El misionero está turbado por los acontecimientos: "Las imágenes del terremoto y del tsunami me han conmocionado, me duele el corazón por la gran cantidad de pérdidas de vidas humanas. Recuerdo Sendai por la belleza de la costa, con árboles de pinos y los espectaculares acantilados con vistas al mar. La gente ahora se siente perdida. Han perdido todo: familia, hogar, amigos. Y cabe señalar que esto es muy difícil y doloroso en la cultura japonesa, donde la identidad personal depende mucho del ser miembro de un grupo".


"Hoy - concluye - se vive una situación de incertidumbre e inseguridad. Los japoneses se están enfrentando el peor desastre de su historia después de las bombas atómicas de la Segunda Guerra Mundial, pero estoy seguro de que van a saber levantarse de nuevo, pero con nuestra ayuda y nuestras oraciones”.

(PA) (Agencia Fides 16/3/2011)

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