Trípoli (Agencia Fides)- “Veremos cual será hoy la fisionomía de nuestra comunidad que se reunirá para celebrar la misa del primer domingo de Cuaresma", dice a Fides Mons. Giovanni Innocenzo Martinelli, Vicario Apostólico de Trípoli, Libia, al que hemos contactado poco antes de celebrar la Santa Misa dominical que se ha anticipado a la madrugada del viernes.
"La gente tiene miedo a aventurarse por las calles, además hay gente que vive muy lejos, y no siempre es fácil llegar a la iglesia. Pero tengo confianza en que la gente vendrá, porque están ganando más coraje, porque el hecho de orar juntos da fuerza", dice Mons. Martinelli.
El Vicario Apostólico de Trípoli describe así la comunidad católica de la capital libia, que ha disminuido en número después de que partiesen los muchos fieles extranjeros, sobretodo europeos: "ahora los fieles que continuan aquí son los africanos y filipinos, que en su mayoría son enfermeros. En Trípoli, hay unas 2.000 enfermeras filipinas, en toda Libia probablemente serán unas 5.000. Luego están los profesores de Inglés, algunos han regresado asus paises, otros se han quedado porque las escuelas están abiertas, al menos en algunas zonas de Trípoli. Tratamos de animarles a vivir este momento tan difícil a la luz de la fe”.
Después de la salida decia Italia de los 53 refugiados eritreos, todavía hay miles de africanos que están en malas condiciones, porque no hay instituciones internacionales que les ofrecen un documento para salir del país. "No somos el UNHCR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados). Lo que podemos hacer por estas personas es registrarlas con el fin de facilitar un eentual reconocimiento de estas situaciones. Estamos terminando de registrar a los eritreos, que hasta ahora son 2.500. También hay otros grupos, como los etíopes y otros, de personas que viven en necesidad. Tratamos de ayudar en primer lugar a los que tienen necesidades más graves y urgentes, especialmente las familias con niños", dice Mons. Martinelli.
En cuanto a la situación de la ciudad, Mons. Martinelli afirma: "En Trípoli, se vive en un silencio absoluto, yo diria casi absurdo. La gente está encerrada en casa. Hoy, las tiendas están cerradas por respeto al viernesde oración islámico. Ayer, algunas tiendas habían vuelto a abrir sus puertas tímidamente. Se quiere dar la impresión de una vida normal, pero la situación no es precisamente normal”.
(L.M.) (Agencia Fides 11/3/2011)
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