Peregrinos compartirán con delegados de todo el mundo el sentir de la juventud chilena.
Este fin de semana comenzaron a viajar los primeros jóvenes chilenos y durante las próximas dos semanas se completará la delegación nacional que hará presencia en este gran acontecimiento de la Iglesia Católica
Así es como entre el 15 y el 21 de agosto, las calles de Madrid se llenarán de peregrinos de todo el mundo. Un pueblo joven y fiel que busca, en cada país, construir sociedades justas y solidarias.
Con alegría, emoción y muchas expectativas, en el aeropuerto de Santiago, se despiden de sus familiares los jóvenes que parten a España. Se unirán a cerca de un millón de peregrinos de todo el mundo que responden a la invitación del Papa Benedicto XVI para celebrar la XXVI Jornada Nacional de la Juventud (JMJ).
Una fiesta que inauguró Juan Pablo II en 1985 y que ha congregado a las juventudes católicas de todas las épocas en alguna ciudad del mundo cada dos o tres años. Los motivos han sido diferentes cada vez y siempre de acuerdo a los desafíos de las realidades tanto mundial como locales. En esta oportunidad el llamado que la Iglesia hace a los jóvenes es a permanecer firmes en la fe y ser testimonio de amor en sus respectivos lugares.
En todas la JMJ han participado chilenos, pero desde el año 2000, cuando fue el Jubileo en Roma, se formado una Delegación Oficial, coordinada por la Vicaría de la Esperanza Joven del Arzobispado de Santiago. Un año de trabajo que implica las inscripciones, la organización de grupos, las coordinaciones respectivas con la Cancillería y las empresas auspiciantes. Así se logró para esta ocasión completar una delegación de 2.181 peregrinos de distintos lugares de Chile, entre los cuales se destaca el primer grupo que viaja desde Isla de Pascua.
Jóvenes chilenos que, por estos días, parten con sentimientos encontrados. Por un lado con la emoción propia de vivir una gran experiencia de fe, y por otro, la angustia de la realidad que viven con el movimiento estudiantil y las demandas por una educación de calidad. Por eso la inquietud más representativa es ir a compartir esta situación y volver renovados para ser agentes de justicia en sus respectivos ambientes.
Además del encuentro con el Papa, los peregrinos podrán conocer los santuarios de Loyola y Lourdes (Francia), y ser parte activa de distintas actividades culturales, celebrativas, comunitarias y misioneras.
Fuente: Comunicaciones www.madrid2011.cl
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