Una lectura creyente de la cruel realidad
J. AGUSTÍN FRANCO MARTÍNEZ, Profesionales Cristianos de Extremadura | El orden económico actual se asienta sobre la injusticia que supone el hecho de que un mundo con posibilidades técnicas para eliminar la pobreza siga permitiendo que millones de hermanas y hermanos mueran de hambre cada día. Estas Pliego propone una lectura creyente de tan cruel realidad, al tiempo que sugieren un sistema económico alternativo, fundamentado en la dignidad del ser humano y en la importancia de valores éticos ligados a una redistribución más equitativa de la riqueza.
“La religión económica es el opio del pueblo”, podría decirse hoy día, reactualizando la sentencia de Marx. Invito a una reflexión creyente, profética y valiente sobre la injusticia del orden económico actual, a la vez que intentaremos indagar sobre las características de un sistema económico alternativo fundamentado en la dignidad del ser humano, hecho a imagen de Dios, considerando la fraternidad (o solidaridad, como se dice ahora) como eje transversal que atraviesa todas las dimensiones del ser humano, materiales y espirituales.
En nuestro mundo es posible, técnicamente hablando, la eliminación de la pobreza y la erradicación del hambre. Entonces, ¿por qué sigue habiendo hermanos y hermanas pobres, que mueren de hambre cada día?
Si el Padre nos preguntase ahora, como a Caín, “¿dónde está tu hermano”, qué le responderíamos, que no somos sus guardianes? Intentaremos dar una respuesta más misericordiosa y menos cruel, especialmente porque sabemos cómo hacerlo (“todo lo que hagáis a uno de vuestros hermanos más pequeños, me lo hacéis a mí también”, en nuestras cabezas y ¿corazones? resuenan estas palabras). Tendremos, por tanto, que rebasar la peligrosa estación de la hipocresía, del llenar nuestras bocas con aquello de “Señor, Señor”.
Algunas intuiciones ya tenemos: parece claro que el mercado neoliberal contribuye a ensanchar la distancia entre hermanos, porque en el mercado se justifica la creciente brecha Norte-Sur. Habrá que desmitificar las bondades de un sistema económico basado en la interacción de curvas de oferta y demanda, poniendo al descubierto la evidente dimensión religiosa (mitológica, irracional) del sistema económico dominante.
Habrá que abordar las falacias dogmáticas y verdades de fe inherentes al sistema de mercado, señalando otras relaciones y complementariedades obvias, pero silenciadas, como, por ejemplo, entre deuda externa y deuda ecológica, entre consumismo y publicidad, entre economía y ética, entre imperialismo y democracia, entre economía y medioambiente. En definitiva, entre ser y tener.
Un sistema económico alternativo
Es necesario el planteamiento de un sistema económico alternativo basado en la importancia de los valores éticos ligados a una redistribución más igualitaria de la riqueza.
La superestructura o dimensión territorial del sistema económico neoliberal se caracteriza por tres elementos fundamentales: la deslocalización empresarial de las multinacionales, la agresión y degradación medioambiental, y el aumento de la pobreza trazada por la brecha creciente entre el norte enriquecido y el sur empobrecido.
Por su parte, la infraestructura o dimensión mitológica de la economía de mercado se caracteriza por tres factores básicos: un credo, una liturgia y un dios (ídolo, mito o valor absoluto). El credo neoliberal es la ideología económica dominante; su liturgia es la actividad consumista; mientras que el dinero Mammón es su dios (su becerro de oro, su ídolo con pies de barro).
Esta “teología del mercado” es necesaria para mantener y legitimar un sistema económico basado en el hambre del 80% de todos nuestros hermanos y hermanas.
Vida Nueva
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