1.- “Si no sois mejores que los escribas y los fariseos no
entrareis en el Reino de los Cielos”… ¿pero qué hicieron estos pobres a los que
el Señor excluye del Reino de los Cielos? El deseo de ser perfectos en el
cumplimiento de la Ley lo atomizaron en más de 700 preceptos y redujeron el
valor de la Ley a preceptos externos.
Lo malo que hicieron es no llegar al corazón de la Ley, no
llegaron al corazón de Dios, autor de la Ley, ni del hombre seguidor de esa
ley. Dejaron al corazón humano fuera de la Ley, ni al del hombre seguidor de
esa Ley, cuando es la fuente del bien y del mal.
Como nos decía la primera lectura: “Tenían ante sí el agua y
el fuego”, y eligieron el agua inocua, que no hace daño, que lava por fuera, y
dejaron el fuego que urge y purifica por dentro.
A la luz que se resume en “amar a Dios y al prójimo” la
arrancaron el corazón, la fosilizaron el corazón. (Por eso hay una frase en la
Escritura que dice: “arrancaré de vuestro pecho el corazón de piedra y meteré
en su lugar un corazón de carne”, un corazón humano que late y vive, y ríe y
llora…
2.- “Si no sois mejores que los escribas y los fariseos…”
¿Lo somos?
--¿nos ríe el corazón
sirviendo a Dios y a los hombres?
--¿nos late el
corazón pensando en Dios y en los demás?
--¿nos llora el
corazón cuando estamos lejos de Dios y de los
hermanos?
--¿No hemos elegido el agua inocua del “yo no robo, no mato,
no me voy con otras mujeres”? En lugar del fuego que urge a quitar todo rencor
del corazón a salir del encuentro del que me necesita. A llevar consuelo y
alegría al que lo necesita.
De los mandamientos entendidos como NOES hemos hecho unos
barrotes de la cárcel en que vivimos, entristecidos y separados. Hemos hecho
una empalizada, una muralla… Y fuera hemos dejado todo eso que deberíamos amar:
a nuestros hermanos con sus problemas y necesidades. ¡Más aún! Si miramos bien
esas que vemos a través de nuestras rejas y empalizadas distinguiremos, sin
duda, el rostro del Señor, que también se ha quedado fuera, porque el Señor
siempre está con los hermanos.
Los Mandamientos no se cumplen con los NOES de dejar de
hacer si no con un… ¡sí rotundo!... a Dios y a los hermanos. O mejor con lo que
dice San Juan con sí rotundo al hombre, ·”porque si no amas al hermano que ves,
cómo vas a ver a Dios que no ves”.
3.- “Habéis oído…pero Yo os digo… nos digo nos dice el
Señor. Y en este camino hacia Dios a través de los hermanos hemos oído muchas
cosas
--que no hay que
hacer daño a nadie
--que la caridad
comienza por uno mismo
--que no hay que exagerar y ser prudente
--que el prójimo es
el más cercano.
“Pero yo os digo”: parte tu pan con el hambriento, el pan
que te ibas a llevar a la boca, da de beber al sediento, visita al enfermo.
--ama a tu enemigo
--da tu vida por el hermano como yo la he dado
--amaos como yo os he amado.
4.- Ahora decidme si somos mejores que los escribas y
fariseos cuando mil millones de cristianos que hay en el mundo entero
consentimos que cada día mueran por falta de asistencia y pan 40.000 niños en
el mundo entero. “Si no sois mejores que los escribas o los fariseos no entraréis
en el Reino de los Cielos”.
José María Maruri S.J.
Betania
Betania
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