Saturday, June 20, 2009

Cristiano Ronaldo: ¿un negocio inmoral?


(Vida Nueva) El Real Madrid ha pagado 94 millones de euros, más de 15.000 millones de pesetas, por Cristiano Ronaldo. ¿Todo vale en el negocio del fútbol o algo como esto es una inmoralidad? “La noticia tiene un trasfondo económico y moral indudable”, considera José Ignacio Calleja. “Económicamente, no tengo duda de que Florentino Pérez intenta un negocio más, y como tal lo gestiona”, sigue Calleja, pero se muestra sorprendido de que “en ‘los medios’ haya quien considere esta perspectiva impropia del caso. Y no sólo porque estemos en crisis para casi todos, y para tantos con inmenso sufrimiento”. En opinión de Antoni Nello, profesor de Ética profesional y deontología, “el exceso ofende”.

Éste es, precisamente, el título de su artículo en la sección de Enfoques de esta semana. Nello, profesor de la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y del Deporte de la Universidad Ramon Llull, cree que “los recientes fichajes del Real Madrid han superado los límites del exceso y constituyen un insulto al ciudadano de a pie, ese ciudadano perplejo que trabaja cada día y hace equilibrios inestables y difíciles con su economía doméstica en tiempos de crisis, una crisis de la que se siente y se sabe víctima y sobre la que ha sido engañado a diestro y siniestro. Son fichajes que sitúan el precio del trabajo humano en unas cifras que resultan incomprensibles, tanto que nos llevan a no ser capaces de asimilar su magnitud”.

Nello admite que el fútbol y otros fenómenos deportivos y artísticos de gran calado social sean “también empresas: una industria que genera circulación económica y puestos de trabajo”. “Pero precisamente por su elevado impacto mediático y su profundo calado social -continúa-, hay que ser exigentes con su gestión”.

El profesor Igualmente, pide responsabilidad a los futbolistas y a los clubes en general en tanto que “iconos para el ciudadano”: “No se puede exhibir, y mucho menos fomentar, el consumo desmesurado de alcohol de unos deportistas jóvenes que se muestran en público festejando sus victorias: después lamentaremos los excesos de las celebraciones ciudadanas. No se debe permitir, ni desde luego fomentar, que las celebraciones de los éxitos deportivos sean espacios de vulgaridad y de insulto irrespetuoso del contrincante: para algo aprobamos recientemente una ley contra el racismo en el fútbol como signo de una exigencia de respeto. No se puede alardear de contratos multimillonarios en un soberbio ejercicio de desprecio de la realidad de una crisis que concierne a un elevado porcentaje de ciudadanos y ahoga a un sinfín de pequeñas y medianas empresas, ciudadanos y empresas que no encontrarán ayuda en quienes se embarcan en avalar tamañas barbaridades: ya hemos sufrido suficientemente la cultura del pelotazo, del dinero fácil y de la corrupción difusa”.

Principios economicistas

En cuanto a las consideraciones morales de este asunto, José Ignacio Calleja resume: “Los principios economicistas, una vez más, ocupan la vida en todos sus sectores”. Al profesor de Moral Social en la Facultad de Teología de Vitoria-Gasteiz le resulta “indigesto el desparpajo casi obsceno de quien, pudiendo pagarse un consumo de lujo, no mira hacia los lados a ver cómo vive la gente. Lo considera su derecho, y lo racionaliza en términos de ‘rentabilidad económica y deportiva’. El fútbol, en este sentido, no es sino una empresa más; y sus mejores gestores, los que antes hayan asimilado una estrategia darwinista”.

Me dirán ustedes que es lo de siempre. Bueno, sí, en parte sí, pero ése es precisamente el empeño humanizador de la moral. Ella trata de ayudarnos a crecer como personas, porque hemos acordado respetar alguna igualdad real y previa a las reglas de juego con que vamos a competir. ¿En el deporte? En el deporte y en la vida, por qué no”, concluye el teólogo.

No comments: