En el hemisferio norte, el mes de Mayo trae la alegría de una luz solar más intensa y días más largos. A lo largo de las Escrituras, se habla de Dios como el origen de la luz, el que vive en una luz inaccesible. Jesús es la luz del mundo, y trae la vista a los ciegos. Deberemos caminar como los nños de la luz. La luz es más que una condición para poder ver: la luz del sol nos abre el mundo, alimenta nuestra piel y nuestro cuerpo, nos muestra que estamos vivos.
En un iracundo poema de Dylan Thomas, éste le pide a su padre enfermo: "Rabia, rabia contra la muerte de la luz". Señor mío, atesoro tu luz y la sensación del sol en mi espalda. Que yo nunca pierda mi gratitud por la vista de mi ojos y por la gloria de la luz del sol. También necesito tu luz en mis horas oscuras, cuando el mal del mundo me desconcierta. Que Tú seas la Luz de mi vida.
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