Celebramos, ya inmersos en el Tiempo Ordinario, la Solemnidad de la Santísima Trinidad. Y contemplamos este misterio de amor y familia divina que es el Dios Uno y Trino. Al mismo tiempo, en el domingo de la Trinidad Santa se celebra la Jornada Pro Orantibus, dedicada a los consagrados y consagradas que dedican su vida a la oración y la contemplación. La oración constante es unidad directa con Dios. Y hoy, más que nunca, porque el mundo necesita de Dios. Y parece tenerle olvidado.
Betania
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