En estos meses en que, a través de los medios de comunicación, asistimos con sorpresa –y esperanza ante el posible cambio democrático que puedan suponer– a los movimientos sociales y políticos que se están produciendo en el norte de África, vemos también el sufrimiento de la población civil que no tiene otro camino más que la huida ante el brutal ejercicio de la violencia.
¿A dónde van, quién los acoge en el lugar al que llegan?
En estos últimos años se ha producido un dramático aumento de refugiados y desplazados internos en el mundo.
Más de 40 millones de personas en todo el planeta fueron desplazadas a la fuerza por causa de conflictos armados, catástrofes naturales, hambrunas y persecuciones. Es la cifra más elevada desde mediados de la década de los noventa, según las últimas estadísticas publicadas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR). A veces estas personas se desplazan dentro de su propio país, bien porque otras zonas les ofrecen la seguridad necesaria, bien porque no tienen los medios para poder cruzar fronteras: son los desplazados internos y son más de 27 millones de personas.
En estos meses en que, a través de los medios de comunicación, asistimos con sorpresa –y esperanza ante el posible cambio democrático que puedan suponer– a los movimientos sociales y políticos que se están produciendo en el norte de África, vemos también el sufrimiento de la población civil que no tiene otro camino más que la huida ante el brutal ejercicio de la violencia.
¿A dónde van, quién los acoge en el lugar al que llegan?
En estos últimos años se ha producido un dramático aumento de refugiados y desplazados internos en el mundo.
Más de 40 millones de personas en todo el planeta fueron desplazadas a la fuerza por causa de conflictos armados, catástrofes naturales, hambrunas y persecuciones. Es la cifra más elevada desde mediados de la década de los noventa, según las últimas estadísticas publicadas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR). A veces estas personas se desplazan dentro de su propio país, bien porque otras zonas les ofrecen la seguridad necesaria, bien porque no tienen los medios para poder cruzar fronteras: son los desplazados internos y son más de 27 millones de personas.
Editorial
Revista Entreculturas
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