Monday, October 10, 2011

El funeral por los coptos fallecidos se tiñe de ira contra el ejército egipcio



El Vaticano denuncia la "violencia sin sentido" contra los cristianos

Roma pide a las autoridades egipcias que garanticen la seguridad de los cristianos




Miles de personas despidieron hoy a varios de los coptos (cristianos egipcios) muertos en los últimos disturbios en El Cairo, en un funeral cargado de ira contra la junta militar, a quien acusaron de provocar los enfrentamientos. En una multitudinaria ceremonia celebrada en la catedral copta en la capital egipcia y presidida por el papa copto, Shenuda III, los fieles dieron su último adiós a los fallecidos bajo fuertes medidas de seguridad. Mientras, el Vaticano denuncia la "violencia sin sentido" contra los cristianos de Egipto.

En unas escenas de dolor y rabia que se repitieron dentro y fuera del templo, los asistentes gritaron lemas contra el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y su jefe, el mariscal Husein Tantaui, que dirige Egipto desde la renuncia de Hosni Mubarak en febrero pasado.

"El pueblo quiere la caída del mariscal" fue la frase que más se escuchaba después de que anoche manifestantes coptos y miembros de los cuerpos de seguridad se enfrentaran en el centro de El Cairo en unos disturbios que dejaron al menos 28 muertos, 24 de ellos coptos, según cifras de las autoridades eclesiásticas.

Aunque todavía no está claro el origen de los choques, la comunidad copta arremetió contra los militares y los "baltaguiya" (matones) por haberles atacado, y criticó la versión difundida por la televisión estatal, que señaló en un principio a los manifestantes como iniciadores de la violencia.

"Esto no es más que un asunto político. La junta militar quiere controlar la actual situación y quiere causar tensiones entre musulmanes y cristianos, si bien todos nosotros nos queremos", apuntó un hombre a Efe, que pidió el anonimato.

A su lado, otro copto añadió: "Los musulmanes destruyeron muchas iglesias y las autoridades nunca hicieron nada solo porque somos cristianos. Nos consideran ciudadanos de segunda categoría".

Precisamente, los recientes ataques contra la comunidad copta y la quema de una iglesia en la provincia de Asuán, en el sur de Egipto, motivaron la protesta de ayer.

A la entrada del recinto en el que se ubica la catedral, las medidas de seguridad organizadas por los propios coptos eran extremas para evitar cualquier episodio violento como los vividos en las horas previas.

Antes de acceder al lugar, las personas que acudieron al oficio religioso debían enseñar su documentación o mostrar el tatuaje con la cruz copta en la muñeca, un símbolo muy habitual entre los cristianos, así como pasar por el detector de metales.

Muchos de ellos llegaron procedentes del cercano Hospital Copto, donde la mayoría de los civiles fueron ingresados y donde hoy se vivieron momentos de desesperación protagonizados por familiares y otras cientos de personas que acudieron para expresar su dolor.

"¿Por qué en Egipto todos pueden manifestarse menos los coptos? ¿Cómo vamos nosotros a atacar al Ejército cuando no lo hemos hecho en todo este tiempo?", gritaba desconsolada Asisa Feiz, totalmente vestida de negro.

En el hospital, el médico Bishoy Samuel explicó que estaban intentando conseguir los permisos para enterrar al total de 17 fallecidos trasladados a dicho centro médico.

Samuel denunció que varios informes médicos reseñaron que algunas víctimas fallecieron por un infarto, a pesar de que la mayoría de los cuerpos presentaba heridas de bala o estaban desfigurados tras haber sido aplastados por vehículos blindados.

Ataviada también de negro y sin el habitual velo islámico o "hiyab", la musulmana Salma Akel expresó su solidaridad con los coptos ya que esos hechos, señaló, le causan "muchísima pena".

Mientras, los familiares se aferraban a los féretros, alzaban cruces y fotografías de sus seres queridos o rezaban en grupo.

A las afueras del centro hospitalario se desarrollaba una concentración en protestapor la actuación del Ejército en una zona acordonada por voluntarios, a varios metros de los tanques del Ejército desplegados.

Denuncia del Vaticano

El cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales del Vaticano, consideró hoy un "sin sentido la violencia" registrada el domingo contra cristianos coptos en Egipto, y pidió a las autoridades egipcias que garanticen la seguridad de los ciudadanos.

"Para todos nosotros es desolador, triste y angustioso lo sucedido y nos unimos a la Iglesia Copto-Ortodoxa, a todos nuestros hermanos, a sus familias y a las víctimas de esa violencia sin sentido", dijo Sandri a Radio Vaticano al referirse a los disturbios del domingo en El Cairo, en los que murieron 24 personas y 300 resultaron heridas.

El purpurado argentino agregó que tras conocer lo sucedido rezó por las víctimas, "para que la sombra de esa violencia sobre los coptos ortodoxos, sobre las minorías religiosas, no lleve a un clima precario y de dificultades para la comunidad copto católica, pequeña, pero comprometida con la paz y por acuerdos entre todas las corrientes que forman la sociedad egipcia".

Sandri pidió a las autoridades egipcias que garanticen la seguridad de los cristianos, musulmanes o cualquier otro ciudadano de Egipto, así como de los bienes y de las instituciones.

El cardenal hizo votos para que la llamada "primavera árabe" sea de verdad una época de paz para "todos, para la democracia, para el diálogo, para el respeto de la dignidad del ser humano, la libertad religiosa y el respeto de las minorías".

"Deseamos que ese movimiento que comenzó en enero pasado de frutos no violentos, no de divisiones, no de asesinatos, no de persecuciones sino de acuerdos, diálogo para la construcción de un nuevo Egipto", dijo.

El obispo católico copto de Giza (Egipto), Antonios Aziz Mina, declaró a Radio Vaticano que los católicos egipcios sienten "dolor y pena" por lo ocurrido, y subrayó que los cristianos, que son una minoría en Egipto, "sólo" piden vivir en paz "en nuestro país".

En la tarde del domingo al menos 24 personas murieron y otras 300 resultaron heridas en los enfrentamientos desatados cuando un grupo de cristianos coptos se dirigía a la sede de la televisión en El Cairo, para protestar contra la demolición, a finales de septiembre, de una iglesia en la provincia de Asuán, en el sur de Egipto.

El prelado Aziz Mina aseguró hoy que junto a los cristianos también se manifestaron musulmanes que reivindicaban el derecho de los cristianos a vivir en paz y a ver protegidas sus iglesias.

El director de las Obras Misioneras Pontificias en Egipto, Nabil Faayez Antoun, aseguró hoy a la agencia vaticana Fides que la manifestación de los cristianos coptos en El Cairo era pacífica, que fue reprimida violentamente por los militares y que esa violencia "recuerda la represión inicial de la revolución de enero".

La Iglesia copta ortodoxa cuenta con unos trece millones de fieles, según datos de la misma, mientras que los coptos católicos son unos 220.000.

RD

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