El Santo de la paz une las religiones

Por primera vez, todos los líderes religiosos juntos en la tumba de San Francisco de Asís

GIACOMO GALEAZZI
CIUDAD DEL VATICANO

Bajo el signo de San Francisco. Los exponentes de las diferentes religiones no se reunieron para recordar al santo en los encuentros interreligiosos anteriores. El «espíritu de Asís» estará muy presente mañana en el peregrinaje a la «capital de la paz» de Benedicto XVI, en compañía de los representantes de diferentes religiones para la Jornada de reflexión, diálogo y oración para la paz y la justicia en el mundo. A 25 años del histórico encuentro que convocó Juan Pablo II, los líderes de las religiones del mundo se encontrarán en la tumba de San Francisco. Las elegaciones partirán desde el Vaticano en tren con el Papa a las 8 de la mañana. Después de la llegada a Asís, a las 9.45 hrs., irán a la Basílica de Santa María de los Ángeles para conmemorar los anteriores encuentros y para comenzar a desarrollar el tema de la Jornada.

Intervendrán, entre otros, el patriarca ecuménico Bartolomeo I, el arzobispo de Canterbury Rowan Williams, el secretario general del Consejo ecuménico de las Iglesias (Olav Fykse Tveit), el secretario general de la Conferencia internacional de las escuelas Islámicas, el representante del Gran Rabinato de Israel (David Rosen). Después habrá una «breve comida» para los delegados. Luego, un momento de silencio, para la reflexión de cada uno y para la oración. En la tarde, todos irán en peregrinaje hacia la basílica de San Francisco: el recorrido será silencioso, para dar lugar a la meditación personal. Ante la basílica se desarrollará el momento final de la jornada, con la renovación solemne del empeño común para construir la paz.

Después, el Pontífice y los representantes de cada delegación visitarán la tumba de San Francisco. El regreso al Vaticano está previsto para las 20.30 hrs. La cristianidad participará con 31 delegaciones de las diferentes confesiones; el hebraísmo estará representado por el “International Committee on Interreligious Consultation”, el Gran rabinato de Israel y otras organizaciones hebraicas internacionales. También participarán en el encuentro personalidades hindúes (entre las que destaca Rajhmoon Gandhi, nieto de Mahatma Gandhi), jainistas, sikh, un zoroastriano, un bahai, 67 budistas (tibetanos, aunque el Dalai Lama tuvo que declinar la invitación), confucianos, taoístas, sintoístas y, de Japón, líderes de las nuevas religiones. Los musulmanes serán 48, que acudirán desde Jordania, Israel, Egipto, Líbano, Argelia, Marruecos, Irán, Turquía, Arabia Saudita, Albania, Bosnia Herzegovina, Bulgaria, Azerbaiyán, Tayikistán, además de algunos países occidentales.

Habrá algunos representantes del rey de Arabia Saudita, del rey de Marruecos y un miembro de la familia real de Jorndania. Además, asistirán exponentes de las religiones tradicionales de África, América y Asia. Otras novedades con respecto al encuentro de 1986: cada uno de los representantes rezará individualmente, en una habitación; habrá también delegados “no creyentes”, invitados por el Pontificio Consejo de la Cultura (la filósofa y lingüística francesa Julia Kristeva, los filósofos italiano y mexicano Remo Bodei y Guillermo Hurtado, el economista austríaco Walter Baier). «Todavía hoy, como hace 25 años, el mundo necesita paz y por ello es necesario que los creyentes de las diferentes fes vuelvan a encontrar el gusto por caminar juntos», explica el cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Para ahuyentar cualquier sospecha de “sincretismo”, no habrá momentos de oración colectiva: cada quien lo hará por su cuenta, individualmente, con sus propias costumbres y según las formas de la propia especificidad religiosa.

Más que sobre la oración, el encuentro se centrará en el peregrinaje. El tema de la Jornada es: «Peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz». Con respecto a las anteriores jornadas interreligiosas, se nota el aumento de los delegados musulmanes, a pesar de la concomitancia con el peregrinaje a La Meca y con la conferencia interreligiosa de Doha. Y aunque, como han indicado en el Vaticano, la «primavera árabe» haya afectado también la dimensión religiosa, haciendo más difícil el diálogo en algunos países, Benedicto XVI quiso encomendar a la Virgen «la jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo» que él mismo convocó.

Vatican Insider