El discípulo recibió de su maestro un talismán con el que podía lograr todo lo que desease. Sólo tenía que tener cuidado de cumplir tres condiciones:
1° Usarlo sólo para algo muy importante.
2° Algo que no hiciera mal a nadie
3° Sólo para lo que él no pudiera conseguir
El joven guardó ese tesoro y esperó la ocasión propicia para usarlo. Pensó en el dinero, pero podía conseguirlo poco a poco con su esfuerzo.
Pensó en el amor de una joven, pero vio que sería más noble ganarla con el corazón y el cariño.
Al fin... comprendió el verdadero mensaje del talismán. Hacerle caer en la cuenta de lo que verdaderamente deseaba y hacerle extremar sus esfuerzos, pues, bien pensado, siempre estaba a su alcance lo que deseaba
El talismán tenía su fuerza en no ser usado. En hacer reflexionar ante cada crisis. En sacar a flote las fuerzas ocultas que siempre son más de las que creemos tener...
En descubrirnos a nosotros mismos. Aprendió a usarlo... sin usarlo
Carlos Vallés sj
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