Hemos visto en los últimos días publicidad basada en un beso en la boca entre Benedicto XVI y un imán egipcio; entre Sarkozy y Ángela Merkel o entre Obama y Chávez. Para mí es éticamente cuestionable y creo que no sólo debo denunciarlo sino también boicotear a Benetton por hacerlo. ¿Por qué creo que no es ético?
Se han alzado voces de denuncia diciendo que es una falta de respeto y un insulto. Desde el Vaticano se ha propuesto “una decidida protesta por el uso totalmente inaceptable de la imagen del Santo Padre, manipulada e instrumentalizada en una campaña publicitaria comercial”. También el gobierno norteamericano ha criticado el uso de la imagen de su presidente y el gobierno chino ha llegado a censurar la campaña en el país.
Lo que la empresa pretendía (ya lo ha hecho otras veces) era provocar y así generar interés, polémica y protagonismo en los medios de comunicación. Y sin duda lo ha conseguido, porque generando morbo y curiosidad resulta efectiva Pero ¿es ético hacerlo? ¿Es que vale todo con tal de lograr llamar la atención?
Antonio Montero, directivo del mundo de la publicidad, justifica la campaña diciendo que así han conseguido que la campaña salga en muchas informaciones de forma gratuita, generando millones de euros, y argumenta que aunque los sectores conservadores se enfaden con el anuncio, eso es lo de menos porque no son el público objetivo que busca la marca, sino que se dirigen a un público joven al que le gusta ver estas imágenes.
Yo no debo de estar entre el público objetivo pero no por ello voy a callarme. Convencido de que proponer que no se compren productos de esa marca es una manera efectiva de defendernos ante el “todo vale”.
Los consumidores tenemos un poder emergente que debemos ejercer y hacer realidad. Porque de esa forma si ven que sus ventas bajan procurarán no herir la sensibilidad ajena y aplicar criterios éticos en su actuación. Y si no lo hacen por conciencia lo harán por conveniencia. Pero para eso hace falta que salgamos del letargo y nos rebelemos como ciudadanos contra todo aquello que consideremos es éticamente reprobable.
Alejandro Córdob
Creyentes y Responsables
RD
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