Asegura que darán una respuesta a este documento en la que indicarán “las posiciones doctrinales que son indispensables”.
Si el Vaticano las acepta, regresarán a la Iglesia católica.
El “preámbulo doctrinal” es un documento reservado que establece algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica que los lefebvrianos deben aceptar para poder ser admitidos plenamente en la Iglesia católica.
Fellay: «No podemos aprobar el preámbulo tal y como es»
La respuesta de los lefebvrianos: piden cambios al texto que les propuso la Santa Sede
ANDREA TORNIELLICIUDAD DEL VATICANO
«Es cierto que este preámbulo doctrinal no puede contar con nuestra aprobación, aunque esté previsto un margen para una “legítima discusión” sobre algunos puntos del Concilio Vaticano II. ¿En qué consiste este margen? Lo que propondré a las autoridades romanas en los próximos días y su respuesta nos permitirán evaluar las oportunidades que nos quedan. Sea cual fuere el resultado de esta discusión, el documento final que será aceptado o rechazado, se hará público».
Lo dijo el superior de la Fraternidad San Pío X, el obispo Bernard Fellay, a pocos días de la esperada respuesta a las autoridades vaticanas. Como se recordará, después de una serie de coloquios doctrinales entre los lefevbrianos y la Santa Sede, la Congregación para la doctrina de la fe había entregado un texto con un “preámbulo” doctrinal, cuya aceptación se considera imprscindible para restablecer la plena comunión con el Vaticano y para ofrecer a la Fraternidad un acomodo canonico.
El preámbulo, y lo sabemos ahora con la entrevista que publicó Fellay en el boletín oficial en línea (www.laportelatine.org), fue entregado con una nota en la que se explicaba que habría sido posible que los lefevbrianos expusieran sus dudas con la finalidad de proponer eventuales cambios. Pero los responsables de la pontificia comisión “Ecclesia Dei”, el Prefecto de la Doctrina, el cardenal William Levada, y mons. Guido Pozzo, pensaban y piensan que las eventuales modificaciones no pueden ser sustanciales.
En práctica, el “preámbulo” pide que la Fraternidad suscriba la “Professio Fidei” que se le pide a cualquier persona que asume un cargo eclesiástico. Esta profesión de fe católica prevé tres grados de aceptación y distingue entre verdades reveladas, declaraciones dogmáticas y magisterio ordinario. A propósito del último, se afirma que el católico debe garantizar un «religioso obsequio de la voluntad y del intelecto» a las enseñanzas que el Papa y el colegio de los obispos «proponen cuando ejercen su magisterio auténtico», aunque no sean proclamados dogmáticamente, como en el caso de la mayor parte de los documentos del magisterio.
La Santa Sede no excluyó la posibilidad de establecer una discusión abierta sobre algunos de los puntos del Concilio Vaticano II, que los lefevbrianos siguen considerando problemáticos. El camino hacia un posible acuerdo con la Fretarnidad parece una cuesta muy inclnada y se confirman las indiscreciones de hace algunas semanas acerca de la fuerte oposición al interior de la Fraternidad ante la propuesta del Vaticano.
El entrevistados pregunta a Fellay: «Como este documento es poco claro, ¿no habría sido más simple decir a vuestros interlocutores vaticanos que no podíais recibirlo así como estaba?» «Habría sido más simple –responde el superior de la Fraternidad–, pero no más honesto. Dado que la nota que lo acompañaba prevé la posibilidad de aclaraciones, parece necesario pedirlas, más que decir “no” a priori. Esto no determina la respuesta que damos».
El obispo lefevbriano también afirma que la única doctrina inmutable es el “Credo”, la profesión de fe católica, mientras que «el Concilio Vaticano II» fue un concilio pastoral «que no ha definido dogmas y que no ha añadido nuevos artículos de fe, como “Yo creo en la libertad religiosa, en el ecumenismo, en la colegialidad...” ¿Ya no basta el Credo para ser reconocidos como católicos en nuestros días? ¿No expresa toda la fe católica?». Parecería que estuviera diciendo que el Credo, no el preámbulo que contiene la “Professio fidei”, sería el texto que la Fraternidad estaría dispuesta a aceptar.
Es evidente que la entrevista no representa todavía la respuesta definitiva. El superior de la Fraternidad San Pío X sabe muy bien cuáles son todas las oposiciones internas al acuerdo con Roma, incluso, y sobre todo, entre los responsables lefebvrianos. En el texto que enviará a las autoridades vaticanas perdirá algunos cambios, por lo que parece, sustanciales: si el texto actual «no puede contar con nuestra aprobación», está claro que no pedirán aclaraciones sobre comas y matices, sino sobre aspectos sustanciales. La partida continúa y habrá que ver cuáles serán las decisiones de la Santa Sede después de haber recibido la respuesta de la Fraternidad.
Vatican Insider
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