Sunday, August 12, 2012

Comentarios a la 1a y 2a. lectura por José Enrique Galarreta S.J.



1 REYES 19, 4-8

Elías continuó por el desierto una jornada de camino y al final se sentó bajo una retama y se deseó la muerte diciendo:

- Basta ya Señor, quítame la vida, pues no valgo más que mis padres.

Se echó bajo la retama y se quedó dormido. De pronto, un ángel lo tocó y le dijo:

- Levántate, come.

Miró Elías y vio a su cabecera un pan cocido en las brasas y una jarra de agua. Comió y bebió y volvió a echarse. Pero el ángel del Señor le tocó por segunda vez diciendo:

- Levántate, come, que el camino es superior a tus fuerzas.

Se levantó Elías, comió y bebió, y con la fuerza de aquel alimento caminó cuarenta días y cuarenta noches, hasta el Horeb, el monte de Dios.


 Dentro del ciclo de Elías, del que hablamos hace dos domingos, se encuentra esta narración (que añade a la historia fuertes elementos simbólicos). Elías está perseguido por los profetas de Baal, a los que apoya la Reina Jezabel. Huye al desierto, para buscar refugio en la península del Sinaí, cerca del Horeb, el monte sagrado en que, según el Libro del Éxodo, Moisés recibió la Ley de manos del mismo Dios. Desfallece por el desierto y es confortado por un alimento traído por un ángel, para que pueda seguir su camino hasta el final.

Es un texto que contiene el mismo mensaje que el del Éxodo que leíamos el domingo pasado. Elías como Israel se alimenta del pan de Dios. Los dos textos se aplican de modo semejante a Jesús, que es el verdadero pan de Dios que nos ayuda a caminar.


 EFESIOS 4, 30 - 5, 2

No pongáis triste al Espíritu Santo. Dios os ha marcado con él para el día de la liberación final. Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo. Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave olor.

Continúan las mismas exhortaciones morales, añadiendo ahora consideraciones de tipo piadoso para motivar la vida cristiana.

 José Enrique Galarreta

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