Objetivo Bertone, contraataque de la ex PUCP

Por el contrario, la cúpula decidió contraatacar difundiendo su versión de los hechos que coloca a los cardenales Bertone y Cipriani como los artífices de un plan puramente mercantilista

ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZCIUDAD DEL VATICANO

Las autoridades de la “universidad rebelde” del Perú, ex PUCP, lanzaron un duro contraataque luego que la Santa Sede decidió retirar a la institución el uso de sus títulos de Pontificia y Católica. Su estrategia es clara, alzar el nivel de la tensión y tomar como objetivo al secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone. Así esperan salirse con la suya, incluso por vías no pacíficas. Pero ya recibieron otro revés: la Conferencia Episcopal Peruana los instó a aceptar la decisión de Roma.

El conflicto por la legítima propiedad de esa casa de estudios, que dura desde hace 40 años, se recrudeció en las últimas tres semanas. El rector Marcial Rubio y la Asamblea Universitaria dejaron en claro su posición: no aceptarán la solicitud de la Sede Apostólica de adecuar sus estatutos a la normativa eclesiástica vigente y, mucho menos, permitirán que la Iglesia participe en su administración interna a través del Gran Canciller de la universidad, el arzobispo de Lima Juan Luis Cipriani Thorne.

Por el contrario, la cúpula decidió contraatacar difundiendo su versión de los hechos que coloca a los cardenales Bertone y Cipriani como los artífices de un plan puramente mercantilista, cuyo único objetivo sería apropiarse de los bienes de la ex PUCP.

Una visión sostenida en privado y en público, a través de la presa peruana e internacional. Una lectura que mezcla “vatileaks”, cuervos, un Papa que ignoraría las decisiones tomadas por su principal colaborador, una teología de la liberación que sería totalmente ortodoxa y una alianza de cardenales.

Según Rubio, el decreto de quite de títulos carece de valor porque no fue firmado por el pontífice sino por Bertone. Aunque pocos documentos como ese son suscritos directamente por el obispo de Roma. Para muestra basta un botón: el decreto de revocación de las excomuniones a los lefebvrianos, uno de los más importantes del actual pontificado, tampoco contó con la firma papal.

Aún así el rector sugirió que Benedicto XVI desconoce las acciones de su secretario de Estado. Y justificó sus dichos sosteniendo que Joseph Ratzinger, siendo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, consideró como totalmente ortodoxa la teología de la liberación de Gustavo Gutiérrez. Cuando, en realidad, Gutiérrez debió corregir varios aspectos de su obra “Teología de la liberación. Perspectivas” (1971) y para ello escribió “La Koinonía Eclesial” que fue, a su vez, nuevamente corregida por Ratzinger.

Con todo los directivos de la universidad insisten en denunciar una presunta alianza Bertone-Cipriani que tiene como telón de fondo el “vatileaks”, la crisis por el robo y filtración de documentos confidenciales del Papa que han puesto en predicamento al secretario de Estado. Una versión que busca justificar su rebeldía. Una posición que será difícil cambiar como lo advirtió Pepi Patrón, la vicerrectora de ex PUCP: “Tendrían que usar la violencia para sacarnos de aquí”.

Una primera respuesta a la estrategia de la tensión llegó esta semana de la Conferencia Episcopal Peruana, cuyos miembros manifestaron su “total fidelidad y adhesión al Santo Padre”. Además rechazaron las lamentables ofensas contra el cardenal Bertone, manifestaron el respaldo total al arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani y rescataron el deseo de los miembros de la comunidad universitaria que aspiran a mantener su identidad católica.

Y remataron: “Exhortamos  a las autoridades de dicho centro de estudios, en especial a su rector y a la Asamblea Universitaria, a que  acojan lo dispuesto por el Papa Benedicto XVI y adecuen sus estatutos a la constitución apostólica Ex Corde Ecclesiae”. ¿Harán los directivos de la universidad caso omiso a una exhortación tan clara?

Vatican Insider