2 de marzo, 2013. (Romereports.com) El Papa no ha muerto pero la Iglesia quedó huérfana. Y ese tono se percibe en el Vaticano. La ausencia del Papa en Roma no pasa desapercibida e impregna todos los rincones.
En el mundo digital, por ejemplo, la página web del Vaticano dejó ayer de estar presidida por el escudo y la fotografía de Benedicto XVI. Ahora manda el escudo de la Santa Sede durante el periodo de Sede Vacante tanto en la página oficial y como en el portal de noticias del Vaticano.
La cuenta de Twitter de Benedicto XVI ha desaparecido y el usuario Pontifex anuncia también el estado de Sede Vacante con un aspecto sobrio.
Ya hay sellos de la Sede Vacante e incluso en esta ocasión se ha publicado una serie original sobre la renuncia del Papa que sin duda pasará a convertirse en un tesoro para coleccionistas.
San Pedro durante los próximos días no será escenario del ángelus dominical ni de las audiencias de los miércoles, las ventanas de los apartamentos pontificios están cerradas a cal y canto y de noche no se ve la luz del despacho del Papa.
Falta ese faro que a todos los peregrinos gusta identificar en la noche romana porque saben que desde hay el Papa trabaja en el gobierno de la Iglesia.
Son notas de orfandad que en esta ocasión tienen un sabor diverso porque no hay responsos. No se celebran los funerales para rezar por el Papa fallecido que hasta ahora precedían todos los cónclaves.
Es frecuente encontrar a cardenales que pasean por las calles cercanas a San Pedro, recuerdos de Benedicto XVI en todos los comercios, carteles de agradecimiento al Papa promovidos por el ayuntamiento de Roma.
La Iglesia ha perdido a un Papa de forma serena y ahora busca a su sucesor. Roma siente la ausencia pero el propio Benedicto XVI se ha encargado de recordar que seguirá ahí, en laretaguardia, rezando por la Iglesia y fiel a su sucesor.
San Pedro durante los próximos días no será escenario del ángelus dominical ni de las audiencias de los miércoles, las ventanas de los apartamentos pontificios están cerradas a cal y canto y de noche no se ve la luz del despacho del Papa.
Falta ese faro que a todos los peregrinos gusta identificar en la noche romana porque saben que desde hay el Papa trabaja en el gobierno de la Iglesia.
Son notas de orfandad que en esta ocasión tienen un sabor diverso porque no hay responsos. No se celebran los funerales para rezar por el Papa fallecido que hasta ahora precedían todos los cónclaves.
Es frecuente encontrar a cardenales que pasean por las calles cercanas a San Pedro, recuerdos de Benedicto XVI en todos los comercios, carteles de agradecimiento al Papa promovidos por el ayuntamiento de Roma.
La Iglesia ha perdido a un Papa de forma serena y ahora busca a su sucesor. Roma siente la ausencia pero el propio Benedicto XVI se ha encargado de recordar que seguirá ahí, en laretaguardia, rezando por la Iglesia y fiel a su sucesor.
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