De los niños del mundo…siempre amigos”. Con este saludo, repetido al unísono por decenas de niños y niñas, se dio inicio a la celebración del Día Nacional de la Infancia Misionera, en Concepción. Los menores junto a sus padres se reunieron, en el templo catedral para participar en la eucaristía que presidió monseñor Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar y concelebrada por el presbítero Claudio Alarcón, asesor de la Pastoral de la Infancia.
En su homilía, Monseñor Ossandón saludó afectuosamente a los niños y niñas y les manifestó que se sintieran felices, porque el Señor los ama. El Obispo felicitó de manera a los niños que participaron activamente en la liturgia, al hacer las peticiones, leer las lecturas bíblicas y el salmo responsorial, para quienes pidió aplausos por hacerlo muy bien.
Monseñor resaltó la tarea que realiza la pastoral de las Obras Misionales Pontificias destinada a los niños, que los invita a misionar, llevando el amor de Jesús llevando a otros niños, a sus hogares y a sus los colegios. “Sean niños santos y santas de Dios”, les expresó el Obispo, llamándolos a “no ser niños tristes”. “Jesús nos enseña que Dios les ama y les regala santidad”, enfatizó.
El padre Claudio señaló, por su parte, que a la celebración fueron invitados niños y niñas de distintas parroquias y colegios donde está presente la Infancia Misionera en la diócesis. Por este motivo llegaron menores desde lugares más alejados como Curanilahue y Coelemu reuniéndose junto a niños de diversos colegios y parroquias de los decanatos.
“Estamos en extensión, porque no está aún presente en todas las parroquias y estamos trabajando junto con la Pastoral de la Infancia”, precisó el padre Claudio, agregando que la misión es que los niños evangelicen a sus pares. El sacerdote resaltó, además, el trabajo que se desarrolla en este ambiente, valorando en especial el apoyo que presta la Hna. Claudia, coordinadora diocesana de la Infancia Misionera.
Durante la celebración de la eucaristía, los niños presentaron también varios signos como la cruz, signo de evangelización en los cinco continentes; las huellas misioneras, que simbolizan los pasos que seguirán donde el Señor los necesite y el rosario misionero que es la oración que une a todos los niños del mundo. Antes de concluir la eucaristía, Monseñor Ossandón entregó un cirio a cada coordinador de grupo de la Infancia Misionera como testimonio de unidad y símbolo de compromiso de llevar a todos la luz de Cristo.
Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 26/06/2009
Iglesia.cl
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