Wednesday, July 22, 2009

Análisis de la caída papal en la ducha

I Parte

Si cada parte del cuerpo tiene un simbolismo, ¿qué significa que el Papa se haya roto la muñeca? ¿Quiere decir esto algo a la Iglesia de hoy? ¿La interpela de alguna manera? Dado que se ha roto la muñeca derecha (la izquierda hubiera tenido otras implicaciones), ¿habrá a partir de ahora unas encíclicas ab dextera y otras ab sinistra? ¿Tiene alguna relación que esto justamente haya ocurrido en Aosta que en arpitano se dice Aouta?


Respuesta mía: No, a todo no. Simplemente no y absolutamente no. Todo esto no alberga ningún significado. Otra cosa hubiera sido que hubiera aparecido muerto en la ducha y antes de perder la consciencia hubiera tratado de escribir algo en etrusco con el dedo sobre el jabón o sobre el vaho de la pantalla que evita que el agua salpique. Eso sí que hubiera tenido algún significado.


II Parte

Afortunadamente no pasó nada, todo quedó en un susto, en un grito en alemán a su secretario. Pero el Vaticano por ahorrarse el módico precio de una alfombrilla antideslizante, hubiera tenido que pagar el pasaje de 150 cardenales y 150 secretarios, más su alojamiento, comidas, electricidad, agua, gas, refrescos, cuartillas de papel, moqueta para la Sixtina y un largo etc hasta llegar a la paja de la estufa donde se queman las papeletas.


Desde luego es mucho más estético morir con las botas puestas o en un cadalso parisino o ante un pelotón masónico-mexicano, que no que a uno lo encuentren en la ducha apretando todavía la pastilla de jabón en la mano.


En las películas, cuando esto sucede el director se deleita en mostrar como el sujeto se agarra con todas sus fuerzas a la cortinilla, y una a una todas las anillas se van rompiendo. Incluso el click de cada anilla al romperse suena un poco más alto y más dramático que en condiciones normales.


Después la cortina cae sobre el cadáver de un modo muy adecuado, mientras la cámara se aleja hacia lo alto mostrándonos una perspectiva más lamentable del suceso, más aérea, como si el techo de un aseo normal no se limitara a los tres metros veinte centímetros. La música en estos momentos siempre es de violines.


Su muerte entre el agua y el jabón, hubiera sido recreada en no menos de ocho versiones cinematográficas. Espuma, silencio, inmovilidad, si sigue cayendo el agua de lo alto siempre es más dramático. Dan Brown hubiera escrito no menos de diez novelas sobre el episodio. Detrás del resbalón hubiera puesto a los templarios, a los illuminati, a los del neo-KGB y hasta a los zapateristas del ala político-militar.



III Parte

Desde luego vista la historia pontificia de resbalones en la ducha, esto ya empieza a ser una tradición, si llego a Jefe de la Casa Pontificia haré que desmonten ese artefacto diabólico que parece más bien una trampa papal, y aconsejaré al Santo Padre el sistema de la ablución.


No hay nada como el sereno frescor de un trozo de tela de algodón o lana, y la calma para hacer esas cosas sin prisas y sin impresiones, las cuales de ninguna manera pueden ir bien al corazón. Este sistema de la ablución es el genuino de la tradición europea. Dejando el barreño para antes de la misa mayor en el pueblo. Después tenemos la fama que tenemos fuera del Viejo Continente.


Y es que aquí hace mucho frío. Pero no es sólo eso, es que la ducha en los últimos pontificados se ha convertido en una máquina de adelantar cónclaves. No me extrañaría lo más mínimo que las baldosas se las haya puesto alguien de Izquierda Unida o de Ezquerra Republicana, que habrá buscado en todo el catálogo a ver si había algún material especialmente deslizante.



IV parte

Aunque distintas editoriales me ofrecieron continuar la historia de la ducha pontificia en forma de libro, secuela y precuela, me he resistido a hacer de un resbalón vacacional una historia como la de El Señor de los anillos.


No obstante he observado que en la ducha han muerto treinta y siete sumos pontífices. Veintitrés por puro resbalón, catorce ayudados por otros.


De los catorce, nueve decesos acaecieron en los tres primeros siglos, a manos de romanos que no estaban precisamente por la labor de que el cristianismo fuera inscrito como legal en el Ministerio de Justicia. Los otros cinco a manos de romanos que, aunque trabajaban en la corte papal, le habían cogido gusto a la tradición de pasar página al estilo de El Padrino.


A los catorce decesos in aseo corporis, hay que sumar los dos papas que murieron de cólico miserere, los cinco que murieron de peste, y treinta simplemente dejaron de respirar. Veintisiete murieron en su cama, treinta y dos a caballo, ocho en torre de castillo, tres en lo más crudo del invierno. A esta lista hay que añadir el que fue atacado por un elefante.


Esta historia alternativa del papado no está exenta de ciertas inexactitudes, pero según los astrofísicos de los reportajes existen mundos paralelos con historias todavía más increíbles. No hace falta decir que yo nunca he sido de los memos que han creído en los infinitos mundos paralelos.


Yo nunca me he dejado intimidar por esos reportajes de TV2. El mensaje de este post es triple:


1. No existen los mundos paralelos.

2. No existen las bifurcaciones temporales, ni en este universo ni en el de al lado.

3. No creáis cualquier cosa que se diga de los papas, aunque lo digan diecisiete lugares de Internet. Últimamente se ha descubierto que la Red contiene un cierto número de yerros.


Del blog del Padre Fortea
RD

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