Sunday, July 19, 2009

EL DOMINGO

Por Pepe Lozano


Actualmente hay algunas personas que emplean el Domingo para descansar y asistir a la celebración de la Eucaristía, pero, la mayoría de la gente, dedica este día a hacer las cosas que le gustan, a viajar, a atender las cosas de la casa que no ha podido sacar adelante durante la semana, a hacer deporte, a dormir porque ha trasnochado el sábado, a ir a la casa de la playa o del campo y a otras muchas cosas, pero no a vivirlo como nos dice nuestra fe cristiana. El “Domingo cristiano” ya no existe para la mayoría de la gente, ni siquiera saben lo que es el Domingo, vivido desde la fe en Dios y en Jesucristo, sólo saben que es un día en el que no se trabaja, un día para divertirse y pasárselo lo mejor posible. Incluso a las personas que tienen mucha fe, les cuesta vivir el Domingo según la fe de cristiana, según lo que la Iglesia ha vivido desde sus comienzos, porque el ambiente del mundo “tira mucho”; y también porque no saben bien lo que es el Domingo.


Si queremos vivir nosotros lo que es el Domingo y que los niños y los jóvenes, lleguen a vivir el Domingo como “una Fiesta cristiana”, tendremos que realizar un gran esfuerzo por enseñarles lo que la fe de la Iglesia ha vivido en el Domingo a través de los siglos. Por nosotros, y por los jóvenes y niños, vamos a hacer esta reunión. No os asustéis si digo cosas del Domingo que todavía no hacemos. Yo tampoco hago todo lo que os voy a decir, pero sí que trabajo y me esfuerzo por vivir lo que os digo. Posiblemente a mí me ocurre lo mismo que a vosotros. En todo caso es bueno que sepamos lo que son las cosas que hacemos.


Y ahora no quiero hablar yo sólo, quiero que participemos todos. Que cada persona levante la mano cuando no entienda algo, o que diga lo que crea conveniente.



EL DOMINGO ES EL DÍA DEL SEÑOR

Eso significa la palabra Domingo: “Día del Señor”. Un día que pertenece al Señor. Un día consagrado al Señor. Todos los días son del Señor. Todos los días los ofrecemos al Señor y, en todos los días, procuramos cumplir su voluntad trabajando, cuidando de nuestra familia, descansando y haciendo todas las cosas que tenemos que hacer, pero en el Domingo paramos de trabajar para pensar más en Dios, estar con Él, darle gracias, pedirle lo que necesitamos y disfrutar de su compañía. Todos los días son sagrados, pero el Domingo es sagrado de una manera especial. Ponemos un ejemplo. Cuando los hijos son mayores y se han casado siguen queriendo mucho a sus padres, todos los días se acuerdan de ellos y, si pueden, los llaman, pero en un día de fiesta hacen lo posible por ir a verlos y si pueden comen con ellos. Todos los días nos acordamos de Dios pero el Domingo lo dedicamos especialmente a encontrarnos con nuestro Padre- Madre Dios.


En el Domingo, reconocemos que Dios nos ha dado la vida y nos la sigue conservando, que ha hecho todas las cosas para nosotros, que ha enviado a su Hijo a la tierra y lo ha entregado a la muerte por nuestra salvación, que nos ha hecho hijos suyos…. Por todo eso le manifestamos nuestro agradecimiento y nuestro amor, como hijos suyos que somos. Dedicamos un día al Señor porque le queremos, porque estamos muy agradecidos a Él, porque sabemos que Él nos quiere, que venimos de Él y vamos a Él. Para nosotros Él es lo más importante y por eso le dedicamos un día para poder dedicarle después toda la semana.



EL DOMINGO ES EL DÍA DE LA IGLESIA

Los cristianos formamos una familia. Esa familia se llama “la Iglesia”. Nos bautizamos para formar parte de la Iglesia, para compartir nuestra fe con los otros cristianos, para caminar con los otros cristianos en este mundo, no caminar solos; no, cada uno para su parte, sino juntos. Cantamos: “Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando, al encuentro del Señor”. El Domingo es el día en que nos encontramos con los otros cristianos para compartir nuestra fe, para alimentar nuestra fe, para vivir y disfrutar la experiencia de ser la Iglesia. En el Domingo vemos a los otros cristianos, estamos a su lado, nos damos cuenta de que los otros cristianos “nos tocan algo”.


Todos los días vemos a los cristianos. Todos los días estamos al lado de los otros cristianos (más o menos). Pero vamos con muchas prisas, tenemos muchas cosas que hacer, estamos un poco agobiados. En el Domingo nos podemos ver (y nos debemos ver) con más calma. Nosotros queremos a todas las personas de todas las razas y de todas las religiones, pero formamos una familia con los otros cristianos y eso “se tiene que notar en algo”. Nadie nos obliga a juntarnos con los otros cristianos. Nos reunimos porque nos queremos, aunque nos cueste. Para eso es el Domingo para tener este encuentro con los otros cristianos, para ver que, además de cristianos somos Iglesia.



EL DOMINGO ES EL DÍA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

¿Por qué dedicamos al Señor el Domingo y no el lunes? Porque el Domingo fue el día en que resucitó Jesús y se apareció a sus discípulos. En este día Jesús, que había pasado por su pasión y por su muerte, demostró a sus discípulos que Él era el Señor, porque había vencido la muerte. Si Jesús no hubiera resucitado, todo lo que dijo y lo que hizo, hubiera sido una cosa muy bonita, pero se hubiera quedado en una ilusión, en nada real. Pero, al resucitar, demostró que todo lo que había dicho era verdad, que lo que dijo se cumplió en Él y se cumplirá en nosotros, que la última palabra no la tiene la muerte, el pecado y todos los poderes de este mundo, sino que la última palabra la tiene la vida y la verdad; la última palabra la tiene Él, que es capaz de vencer la muerte y todos los males de este mundo.


El Domingo es el día en el que Jesús dio el Espíritu Santo a sus discípulos: Sopló sobre ellos y les dio el Espíritu Santo. En el Domingo, el día de Pentecostés, les envió el Espíritu Santo que se posó sobre ellos en forma de lenguas de fuego y, desde ese momento, salieron a todo el mundo a anunciar el Evangelio.


En el Domingo Jesús resucita y resucitamos todos con Él. Es el día de la victoria de Jesús y de nuestra victoria. “Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo”. Es el día de nuestro Bautismo que nos unió a Jesús para morir y resucitar con Él, para participar de su misma vida y hacernos “hijos de Dios” como lo es Él. En este día Dios comenzó a crear el mundo, al principio cuando no existía nada. Y en este día comienza a hacer un mundo nuevo por la muerte y la resurrección de Jesús. Por eso para nosotros los cristianos el Domingo es el día de nuestra Fiesta, es el día de la Fiesta y de la alegría más grande. Celebramos el Domingo para celebrar la resurrección del Señor y nuestra propia resurrección. Por eso el Domingo es el día de nuestra esperanza, porque en él vivimos lo que nos pasará después de nuestra muerte. No nos quedaremos en el cementerio sino que nos encontraremos con Jesús para estar con Él eternamente.



EL DOMINGO ES EL DÍA DE LA EUCARISTÍA

Es el día en el que los que creemos y seguimos a Jesús nos reunimos para celebrar su muerte y su resurrección en el altar. Es el día en el que todos y cada uno de nosotros nos encontramos con Él para escucharle, para hablar con Él y para abrazarnos con Él recibiendo su cuerpo y su sangre. Vamos a celebrar la Eucaristía (que quiere decir acción de gracias), pero la Eucaristía deseada, preparada, con un gran amor y una gran alegría, como el acto más importante de la semana, como lo más grande de nuestra vida, la presida un cura u otro. Quien celebra la Eucaristía es Jesús, aunque para celebrarla se sirva de esta persona o de la otra. No vamos a encontrarnos con el cura sino con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo. Vamos a encontrarnos con el Señor que viene a encontrase y a entregarse a nosotros. Por eso, si podemos, hemos de colaborar todo lo posible en preparar bien la celebración de la Eucaristía.


Como, para nosotros, es lo más importante, procuramos que salga lo mejor posible (en las cosas exteriores, en lo que se ve), aunque lo más importante es la preparación de toda la semana, es nuestro compromiso con Jesús y con las personas que más sufren. Nos preparamos para la Eucaristía amando a Jesús en cada persona que nos encontramos, comenzando por nuestra familia.


La Eucaristía del sábado ya es la Eucaristía del Domingo, pero si podemos, iremos a la Eucaristía el Domingo.



EL DOMINGO ES EL DÍA DEL DESCANSO Y DÍA DE LA PERSONA

Necesitamos descansar para tener salud, para sentirnos libres (si no paramos de trabajar nos convertimos en máquinas o en esclavos, si no paramos de trabajar no podemos ser personas). Para ser personas nos tenemos que sentir libres para pensar, para estar con más calma con nuestra familia, con nuestros amigos y vecinos y poder divertirnos de forma sana, para orar y leer la Sagrada Escritura y, sobre todo, para ver a las personas que sufren (enfermos, personas solas, ancianos, abandonados de todos).


No vivimos para trabajar, sino que trabajamos para vivir. Necesitamos el trabajo y el dinero, pero la vida es mucho más que trabajo y dinero y cosas materiales. Podemos tenerlo todo y no ser felices. Y a lo mejor tenemos poco y somos muy felices. Nosotros sólo somos felices de verdad si tenemos al Señor. El Señor nos ha hecho para ser felices. En el Domingo, con el descanso, adelantamos esa felicidad que el Señor quiere darnos a todos, después de nuestra muerte, en el cielo. En el Domingo no está “prohibido trabajar”; lo que está prohibido es no ser personas y no ser felices. Tenemos que saber organizarnos la vida y el trabajo para poder descansar, y descansar, a poder ser, en el Domingo. Y también para que descansen los que dependen de nosotros.


Ya sabéis que, desde aquí, hablamos con el cariño y el respeto más grandes a todas las personas, no juzgamos a nadie, pero vemos con pena a personas que tienen que trabajar doce y catorce horas diarias y que eso no depende de ellas sino de los que organizan el trabajo. El dueño de un almacén o de una fábrica, si es cristiano, ha de organizar el trabajo de tal manera que la gente que trabaja en su empresa, pueda vivir dignamente, y que cuando acabe la semana, tenga fuerzas para poder celebrar el Domingo, y nunca los hará trabajar en Domingo, a no ser por una necesidad muy grande.



EL DOMINGO ES EL “DÍA DE LOS DÍAS”

Es un día tan grande, tan hermoso, tan superior a los demás días, que podemos llamarlo de verdad “el Día de los días”. En el Domingo aprendemos a vivir y a ser personas. En el Domingo aprendemos “lo que es la vida”. En ese día comprendemos de verdad lo que vale nuestra vida, vemos con claridad “de dónde venimos y a dónde vamos”, para qué estamos en este mundo, cuál es el final de nuestra vida. En ese día vemos “lo que es importante en nuestra vida”. Es un día para recibir a Jesús que se nos aparece a cada uno de nosotros, a nuestra familia y a toda la comunidad cristiana, como se apareció los apóstoles y a todos los discípulos, en el primero de todos los domingos, que fue el día de la resurrección del Señor, el día de Pascua. Si nuestra vida está llena de fe y de amor, cada domingo, veremos a Jesús que viene a llenar nuestra vida de alegría y así tendremos fuerzas para verlo toda la semana.


Es por eso, por lo que si una persona no celebra el Domingo, no es cristiana; y no porque alguien lo eche de la Iglesia, sino porque no ha comprendido lo que es ser cristiano, porque no se ha enterado de quién es Jesús; incluso no sabe lo que es ser persona. Sólo cuando celebramos bien el Domingo, se manifiesta que nosotros somos cristianos.


Ahora que tenemos una idea de lo que es “el Domingo”, tendremos que comenzar a ver cómo organizamos nuestra vida, cómo nos programamos, para vivir y celebrar éste Día, como es, como el Señor lo ha hecho, para que nosotros, encontrándonos de verdad con el Señor y con los demás, podamos vivir la felicidad que Él nos quiere dar. Y no todo lo podemos hacer en un día.


Tendremos que ir poco a poco para poder llegar a vivir lo que es el Domingo. No nos desanimemos si nos parece que estamos muy lejos. Lo importante es empezar y poner toda nuestra voluntad y nuestro amor.



CUESTIONARIO

1.- De todo lo que he escuchado ¿qué cosas me han gustado más?


2.- ¿Qué dificultades se me presentan en mi vida, para celebrar el Domingo como el “Día del señor?


3.- ¿Qué puedo hacer para comenzar a vivir bien el Domingo?



Betania

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