RD/Efe
Domingo, 26 de julio 2009
Domingo, 26 de julio 2009
El papa Benedicto XVI agradeció hoy el apoyo y el interés que ha recibido por su estado de salud y remarcó la importancia de la educación y el papel que desempeña en ésta la familia y en especial los abuelos, que en algunas ocasiones deben ocupar el lugar de los padres.
El Papa recitó el rezo dominical del Ángelus ante su residencia de Les Combes, en el Valle de Aosta, donde pasa un periodo de vacaciones, ante miles de fieles que se desplazaron hasta el lugar en el que será el último acto público del Pontífice antes de su regreso al Vaticano, previsto para el próximo día 29 de julio.
"Agradezco a Dios que me haya concedido la alegría de estos días marcados por la tranquilidad, a pesar del pequeño infortunio que todos conocéis y aprovecho la ocasión para agradecer con afecto a aquellos que me han apoyado con discreción y dedicación", dijo Benedicto XVI.
El Papa sufrió el pasado 17 de julio una fractura en la muñeca derecha al resbalar en su habitación del chalé de Les Combes y que le obligó a pasar por quirófano.
El Pontífice recalcó además el noto papel de la educación, e invitó a rezar por los abuelos "que en las familias son con frecuencia testigos de los valores fundamentales de la vida".
"La labor educativa de los abuelos es muy importante, y adquiere gran relevancia cuando, por diferentes motivos, los padres no pueden garantizar su presencia al lado de los hijos durante su crecimiento", agregó.
El Pontífice recordó a los presentes la celebración del Año Sacerdotal, inaugurado el pasado 19 de junio, en ocasión del 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, el cura de Ars.
Y definió a los sacerdotes como "un instrumento de salvación para muchos, para todos".
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