Wednesday, July 15, 2009

Espacio Sagrado


Mateo 11:25-27
En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Acabamos de escuchar las duras palabras de Jesús dirigidas a las ciudades que lo habían rechazado. Ahora se vuelve a las que lo han aceptado: ellas son las personas abiertas, sinceras y humildes, los "pequeños" del Padre. Sin importar nuestros conocimientos, somos todos los hijos del Padre y alumnos de Jesús, para siempre.
La oración nos puede traer, desde la cabeza hasta el corazón, la verdad de la Fe y de la vida. La oración abre el corazón, no sólo hacia Dios, sino que hacia todos los que nos rodean.

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