Saturday, August 11, 2012

Cardenal Sandoval: "Me quisieron envenenar"



El prelado mexicano estuvo en tres ocasiones al borde de la muerte


En Texas, intentaron envenenarlos con mazapanes


El Cardenal Juan Sandoval Íñiguez aseguró ayer que intentaron envenenarlo en mayo de 1999 en una reunión en la casa del entonces titular de Gobernación, Francisco Labastida. El responsable de la Secretaría de Gobernación no estaba presente, aclaró el Cardenal.
Anoche, durante la presentación del libro "Servus", una biografía ilustrada sobre Sandoval, éste afirmó que el envenenamiento le provocó una trombosis.
"Antes de cenar: '¿Qué gustan tomar?'. No, pues un tequila", contó. "Trajeron el tequila para todos y a mí me trajeron el mío ya servido. Le di un trago y me supo amargo, y dije: 'Qué raro. Seré yo medio delicado'.
"Nomás le di dos tragos, y no grandes, y me supo amargo. Después me puse a ver qué tenía y llegó un individuo de los que andaban sirviendo y me lo arrebató y se fue", recordó.
Más tarde, agregó, fue intervenido de urgencia y le extrajeron metro y medio de intestino.
En la presentación del libro sobre su vida titulado "Servus" (siervo) breve biografía del Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, el prelado admite en su intervención ante obispos, empresarios, amigos, que ha estado en tres ocasiones a punto de morir: la que causó en su momento más polémica fue la de 1999 con intentos de envenenamiento y con mensajes de "ya le dimos su medicina al caballo" (desde el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo siempre ha manifestado que fue un "crimen de Estado"), otro del 13 de julio de 1983 donde se estrello la avioneta en que viajaba en la sierra y que ahí "volvimos a vivir" y la última cuando tuvo trombosis y permaneció mas de seis meses en reposo.
Recuerda sobre ese intento de envenenamiento que en febrero de 1999 asistió a una reunión en Dallas, Texas organizada por los estadounidenses y siendo un martes por la noche después de cenar subió a su cuarto "estaba un paquete de mazapanes gordo, muy bien envuelto de parte un licenciado (no dijo el nombre) para el cardenal Juan Sandoval, y tomé un pedacito, ya había cenado y me supo amargo, suelo percibir sabores rápidamente, y entonces lo dejé". A su regreso a Guadalajara dice que tuvo dolor de cabeza por más de cuatro semanas.
Sandoval hizo mención de que dichos sucesos se dieron en el contexto de su postura crítica en las investigaciones oficiales sobre la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, su antecesor como jerarca formal en la Arquidiócesis de Guadalajara, y asesinado en el aeropuerto tapatío en 1993.
Al tomar la palabra, el escritor de la biografía del jerarca emérito destacó que el arzobispo Juan Sandoval deja un importante legado para la feligresía tapatía, "además de que habló por los que no tienen voz en diversos sucesos y circunstancias que vivió en su periodo como pastor católico de esta ciudad"..
Otro comentarista del libro, el conductor de televisión José Antonio Fernández Salazar, expresó que "don Juan Sandoval ha sido todo un personaje que se dejó escuchar con la fuerza de su voz, no tanto con el propósito de polemizar, sino de decir su verdad, aunque ésta no fuera del agrado de cierta parte de la sociedad".
Refirió que el arzobispo emérito tapatío "nunca ha dejado de decir lo que piensa, lo que explica sus enfrentamientos ante diversos personajes de la vida pública, lo que respondió a demandas muy sentidas de la grey católica y de la misma sociedad".
Juan Sandoval manifestó que él aceptó la publicación de este libro para que "la gente me conozca como personaje público".
El autor de la obra, Juan Manuel Reyes contó cómo fue que surgió la inquietud de escribir esta biografía en un viaje en el que acompañó al Cardenal a Roma: "Así, por las tardes, en el Colegio Mexicano, me sentaba con él a entrevistarlo, incluso en el avión de regreso continuamos con la entrevista y la concluimos con algunas sesiones en su casa". El volumen consta de 124 páginas, la mitad con fotografías de la vida del Prelado, muchas de ellas inéditas de la etapa de su niñez y formación.

Finalmente el Cardenal Juan Sandoval aseveró que todo lo que contiene el mencionado libro es verídico y aceptó que se escribiera esta biografía porque es un personaje público y la gente tiene derecho a saber quién es él: "No hay nada extraordinario, es una vida muy sencilla".

El Prelado exhortó a todos a que vean en esta publicación la mano de la Providencia de Dios "que a cada uno de nosotros nos conduce en nuestra vida". Después de relatar algunas experiencias de su niñez que coincidentemente lo llevaron a ingresar al Seminario, el Cardenal señala que su historia es eso precisamente: "Lo que yo he hecho no ha sido nada extraordinario; lo que Dios ha hecho a través mío es muy grande. Es un privilegio poder servir".
RD

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