Este 29 de enero se cumple un aniversario más de su nacimiento. Ya han declarado 55 testigos
Cincuenta y cinco testigos ya han sido entrevistados en el proceso de beatificación del obispo Enrique Alvear Urrutia, conocido como “obispo de los pobres”, quien este 29 de enero está de aniversario de nacimiento.
Así lo informó el padre Fernando Tapia Miranda, postulador de su causa. El presbítero señaló que están citados a declarar 74 testigos.
El proceso de beatificación del obispo Alvear se abrió el 9 de marzo del año pasado en un acto presidio por el Arzobispo de Santiago monseñor Ricardo Ezzati. En esa ocasión, el arzobispo señaló que siendo provincial salesiano lo conoció y compartió con Don Enrique cuando se desempeñó como vicario de la Zona Oeste. "He podido percibir su gran humildad, su cercanía de pastor, su generosidad, su espíritu de fe, su sencillez, su estilo austero de vida. Un hombre realmente de Dios".
Los miembros del tribunal que están llevando adelante esta causa son el padre Jaime Correa Castelblanco, s. j., delegado episcopal; Marcela Arriaza Morales, notaria actuaria, y los notarios adjuntos, Jorge Ortíz Cantwell, Mariana Cintolesi, y Ana Castro.
Su misión es investigar la vida del candidato a beato y reunir el máximo de antecedentes acerca de su testimonio cristiano para acreditar su santidad de vida. Desde el 9 de marzo del 2012, fecha en que inicio el proceso, a monseñor Enrique Alvear se le puede llamar "Siervo de Dios". Luego, si las investigaciones sobre su vida comprueban virtudes heroicas en su testimonio cristiano, pasará a ser "Venerable", y si más adelante se constatan un milagro, entre otros requisitos, podrá ser declarado "Beato" o "Bienaventurado". Finalmente, para su canonización, declaración como "Santo", se deberá acreditar un segundo milagro.
El postulador de la causa destaca su "radicalidad evangélica a lo largo de toda su vida como sacerdote y obispo; su profundo espíritu y práctica prolongada cada día en la oración y su preocupación para confrontar su vida personal y ministerio pastoral con la Palabra de Dios, para aplicarse a su voluntad con disponibilidad abierta y generosa".
Biografía
Nació en Cauquenes el 29 de enero de 1916, y fue el octavo de 11 hermanos. Estudió en el Instituto de Humanidades Luis Campino y en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica. En uno de los retiros de monseñor Calos Casanueva, descubrió su vocación sacerdotal, por lo que entró a estudiar en el Seminario Mayor de Santiago y en la Facultad de Teología de la Universidad Católica.
Fue ordenado sacerdote el 19 de septiembre de 1941 por monseñor José María Caro, Arzobispo de Santiago, quien le asignó sucesivas responsabilidades como profesor, director espiritual y pro-rector del Seminario Menor. También fue director espiritual del Seminario Mayor
El Papa Juan XXIII lo eligió Obispo Auxiliar de monseñor Manuel Larraín, en Talca, el 4 de marzo de 1963 y recibió la consagración episcopal el 21 de abril de 1963 en la Basílica de Lourdes, de manos del cardenal Raúl Silva Henríquez. Su lema episcopal fue "Cristo me ha enviado a evangelizar a los pobres".
El 7 de junio de 1965 el Papa Pablo VI lo trasladó a la diócesis de San Felipe, y el 9 de febrero de 1974 lo designó obispo auxiliar del cardenal Silva, en Santiago, donde fue vicario general y vicario de la Zona Oeste. Monseñor Enrique Alvear también desempeñó tareas en la Conferencia Episcopal de Chile y en el Consejo Episcopal de América Latina (CELAM).
Hombre de profunda oración, fue formador y padre espiritual de muchos sacerdotes. Su inquietud misionera y su amor a los pobres lo llevó a iniciar Comunidades Cristianas en barrios de la periferia de Santiago, junto con los seminaristas. Desde ese servicio dirige la primera Misión General de Santiago (1963), con un novedoso estilo marcado por el Concilio que impactó el modo de hacer pastoral en la Arquidiócesis.
Sus hermanos obispos lo eligieron para ocupar puestos claves en los organismos creados para impulsar la renovación de la Iglesia Chilena a partir de los documentos del Concilio Vaticano II.
Su preocupación permanente fue poner el Evangelio en el corazón de los hechos cambiantes de la historia, desde un amor preferencial por los pobres: los obreros, los campesinos, los pobladores, los cesantes, las víctimas de las violaciones de los derechos humanos, sin descuidar la atención y la visita a las personas, cualquiera fuera su condición social.
Falleció el 29 de abril de 1982. Sus restos fueron sepultados en el Santuario de Lourdes y el 13 de abril de 2008 fueron trasladados a la Parroquia San Luis Beltrán, San Pablo 8971, Pudahuel, Zona Oeste.
ORACIÓN PARA LA DEVOCIÓN PRIVADA
Padre Dios, te damos gracias por tu querido hijo
el Obispo Enrique Alvear.
El nos mostró con su oración, su sencillez y su cercanía
humana el hermoso rostro de Jesús, el Buen Pastor.
Nos enseñó a amar a tu iglesia, a la Eucaristía,
a la Palabra de Dios y a la Virgen María;
El Consagró con alegría su vida a los predilectos de Jesús;
los pobres, los sufrientes y los más postergados.
Nos dio fiel testimonio del Evangelio del Amor,
y colaboró con su corazón misionero
a establecer tu Reino de Verdad, de Justicia y de Paz.
Si es tu voluntad, Padre, dígnate abrir los caminos a su beatificación.
Te lo pedimos en nombre de Cristo nuestro Señor. Amén.
Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl
Así lo informó el padre Fernando Tapia Miranda, postulador de su causa. El presbítero señaló que están citados a declarar 74 testigos.
El proceso de beatificación del obispo Alvear se abrió el 9 de marzo del año pasado en un acto presidio por el Arzobispo de Santiago monseñor Ricardo Ezzati. En esa ocasión, el arzobispo señaló que siendo provincial salesiano lo conoció y compartió con Don Enrique cuando se desempeñó como vicario de la Zona Oeste. "He podido percibir su gran humildad, su cercanía de pastor, su generosidad, su espíritu de fe, su sencillez, su estilo austero de vida. Un hombre realmente de Dios".
Los miembros del tribunal que están llevando adelante esta causa son el padre Jaime Correa Castelblanco, s. j., delegado episcopal; Marcela Arriaza Morales, notaria actuaria, y los notarios adjuntos, Jorge Ortíz Cantwell, Mariana Cintolesi, y Ana Castro.
Su misión es investigar la vida del candidato a beato y reunir el máximo de antecedentes acerca de su testimonio cristiano para acreditar su santidad de vida. Desde el 9 de marzo del 2012, fecha en que inicio el proceso, a monseñor Enrique Alvear se le puede llamar "Siervo de Dios". Luego, si las investigaciones sobre su vida comprueban virtudes heroicas en su testimonio cristiano, pasará a ser "Venerable", y si más adelante se constatan un milagro, entre otros requisitos, podrá ser declarado "Beato" o "Bienaventurado". Finalmente, para su canonización, declaración como "Santo", se deberá acreditar un segundo milagro.
El postulador de la causa destaca su "radicalidad evangélica a lo largo de toda su vida como sacerdote y obispo; su profundo espíritu y práctica prolongada cada día en la oración y su preocupación para confrontar su vida personal y ministerio pastoral con la Palabra de Dios, para aplicarse a su voluntad con disponibilidad abierta y generosa".
Biografía
Nació en Cauquenes el 29 de enero de 1916, y fue el octavo de 11 hermanos. Estudió en el Instituto de Humanidades Luis Campino y en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica. En uno de los retiros de monseñor Calos Casanueva, descubrió su vocación sacerdotal, por lo que entró a estudiar en el Seminario Mayor de Santiago y en la Facultad de Teología de la Universidad Católica.
Fue ordenado sacerdote el 19 de septiembre de 1941 por monseñor José María Caro, Arzobispo de Santiago, quien le asignó sucesivas responsabilidades como profesor, director espiritual y pro-rector del Seminario Menor. También fue director espiritual del Seminario Mayor
El Papa Juan XXIII lo eligió Obispo Auxiliar de monseñor Manuel Larraín, en Talca, el 4 de marzo de 1963 y recibió la consagración episcopal el 21 de abril de 1963 en la Basílica de Lourdes, de manos del cardenal Raúl Silva Henríquez. Su lema episcopal fue "Cristo me ha enviado a evangelizar a los pobres".
El 7 de junio de 1965 el Papa Pablo VI lo trasladó a la diócesis de San Felipe, y el 9 de febrero de 1974 lo designó obispo auxiliar del cardenal Silva, en Santiago, donde fue vicario general y vicario de la Zona Oeste. Monseñor Enrique Alvear también desempeñó tareas en la Conferencia Episcopal de Chile y en el Consejo Episcopal de América Latina (CELAM).
Hombre de profunda oración, fue formador y padre espiritual de muchos sacerdotes. Su inquietud misionera y su amor a los pobres lo llevó a iniciar Comunidades Cristianas en barrios de la periferia de Santiago, junto con los seminaristas. Desde ese servicio dirige la primera Misión General de Santiago (1963), con un novedoso estilo marcado por el Concilio que impactó el modo de hacer pastoral en la Arquidiócesis.
Sus hermanos obispos lo eligieron para ocupar puestos claves en los organismos creados para impulsar la renovación de la Iglesia Chilena a partir de los documentos del Concilio Vaticano II.
Su preocupación permanente fue poner el Evangelio en el corazón de los hechos cambiantes de la historia, desde un amor preferencial por los pobres: los obreros, los campesinos, los pobladores, los cesantes, las víctimas de las violaciones de los derechos humanos, sin descuidar la atención y la visita a las personas, cualquiera fuera su condición social.
Falleció el 29 de abril de 1982. Sus restos fueron sepultados en el Santuario de Lourdes y el 13 de abril de 2008 fueron trasladados a la Parroquia San Luis Beltrán, San Pablo 8971, Pudahuel, Zona Oeste.
ORACIÓN PARA LA DEVOCIÓN PRIVADA
Padre Dios, te damos gracias por tu querido hijo
el Obispo Enrique Alvear.
El nos mostró con su oración, su sencillez y su cercanía
humana el hermoso rostro de Jesús, el Buen Pastor.
Nos enseñó a amar a tu iglesia, a la Eucaristía,
a la Palabra de Dios y a la Virgen María;
El Consagró con alegría su vida a los predilectos de Jesús;
los pobres, los sufrientes y los más postergados.
Nos dio fiel testimonio del Evangelio del Amor,
y colaboró con su corazón misionero
a establecer tu Reino de Verdad, de Justicia y de Paz.
Si es tu voluntad, Padre, dígnate abrir los caminos a su beatificación.
Te lo pedimos en nombre de Cristo nuestro Señor. Amén.
Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 29/01/2013
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