Este año 2013, en los Domingos del Tiempo Ordinario, se proclama el Evangelio de Lucas. En estas lecturas, Jesús es mostrado manifestando la misericordia de Dios.
Se nos muestra como un amigo especial de los marginados de la sociedad: aquellos que son pobres, que se los considera insignificantes y que a menudo se les llama “pecadores” porque no cumplen con la Ley. Esa misericordia se nos muestra en la lectura del Evangelio de este Domingo. Vemos a Jesús en la sinagoga de Nazaret, mientras desenrrolla la lectura del profeta Isaías. Lee en voz alta – y las aplica para Él mismo – las palabras sobre el Sirviente Humilde: “El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor” (Lucas 4:18-18).
Esta es la forma como Jesús se ve a sí mismo, al comenzar su ministerio público! Podríamos solo contemplarlo esta semana, y escucharlo, una y otra vez, proclamar estas palabras de preocupación por los oprimidos y marginalizados. En el capítulo 1, Lucas ya había anticipado esa misión, como “obra de la misericordia de nuestro Dios, cuando venga de lo alto para visitarnos cual sol naciente, iluminando a los que viven en tinieblas, sentados en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por un sendero de paz”. (Lucas 1:78-79). Que la Gracia y la Bondad del Corazón de Dios, reveladas en Jesús, toque nuestros corazones. Que nosotras/os podamos llegar a mostrar esa gracia y bondad en nuestros lugarse y en nuestros tiempos.
Espacio Sagrado
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