Monday, December 02, 2013

'Evangelii Gaudium', Viernes negro y las trampas del capitalismo. El Papa condena la idolatría del dinero


 Aún los cristianos que estamos listos a ser críticos del sistema capitalista lo vivimos como normativo

La semana pasada el Papa Francisco publicó su primera exhortación apostólica en la que presentó algunos de las prioridades de su papado. Durante esta misma semana aquí en Estados Unidos celebramos dos actividades que reflejan la contradicción de nuestras prioridades nacionales. El jueves celebramos el día de acción de gracias. Pero el viernes (y en muchas tiendas el mismo jueves) se celebró la mayor orgía materialista anual de EEUU, el famoso viernes negro.

Mientras el papa condenaba la idolatría del dinero, aquí le estábamos rindiendo culto. Evangelii Gaudium  condenaba un sistema económico en el que no es noticia la muerte de un anciano expuesto a los elementos, pero la noticia aquí tenía que ver con los pleitos en las colas entre las personas que estaban esperando entrar a los centros comerciales para conseguir algún producto barato. Hablamos de parar para dar gracias el jueves, pero cerramos nuestro agradecimiento buscando comprar más cosas.  Evangelii Gaudium  o viernes negro, que ironía.

Las palabras del papa nos golpean a los evangélicos en EEUU porque muchos de nosotros estamos comprometidos con el capitalismo, casi creyendo que este sistema es bíblico. Aun los cristianos que estamos listos a ser críticos del sistema lo vivimos como normativo. Rara vez nos preguntamos si otro sistema económico podría ser más humano y más parecido a los valores del evangelio.

Las palabras del papa hacen un análisis profético del lado anti-humano del capitalismo. Pero también llaman a la iglesia a servir. Francisco dijo que “prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades.”Creo queesas palabras tendrían una aplicación directa a muchas iglesias evangélicas que nos hemos acostumbrado a tener grandes edificios y a asumir que necesitamos muchas cosas para servir fielmente al Señor.

Por supuesto, unas palabras como estas son fáciles de decir, pero difíciles de vivir. ¿Podremos tomar en serio que los bienes de las iglesias son para servir a otros, no para nuestro propio beneficio? ¿Podremos reconocer que todo sistema humano es quebrantado y que puede hacerle daño a otros, si no vivimos los valores del reino? ¿Tendremos el valor de vivir de una manera que confrontar la idolatría del dinero?

Por supuesto, que ya hay personas preguntando si el papa estará dispuesto a utilizar los bienes de la Iglesia Católica Romana para ayudar a los pobres. Eso lo tendrá que tratar el papa con sus feligreses.

Pero nosotros los evangélicos tenemos que confrontar el hecho de que fácilmente nos hacemos presa de los valores y las prácticas del capitalismo materialista. Que el Señor nos ayude a celebrar el gozo del evangelio que nos llama a reconocer que verdaderamente es “más bienaventurado dar que recibir”.


©Protestante Digital 2013

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