Friday, May 29, 2009

Espacio Sagrado


Juan 21, 15-19
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?" Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero." Jesús le dice: "Apacienta mis corderos." Por segunda vez le pregunta: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Él le contesta: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero." Él le dice: "Pastorea mis ovejas." Por tercera vez le pregunta: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?" Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: "Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero." Jesús le dice: "Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras." Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: "Sígueme."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Al final de las instrucciones a sus seguidores, Jesús les presenta la simple pregunta que fundamenta el ser discípulo: si lo amamos.
Podemos preguntarnos por la fuerza de nuestra Fe y de nuestro amor.
Como Pedro, a veces sólo esperamos que el Señor sepa que lo amamos, así como tratamos de vivir su Amor en nuestras vidas.

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