La presidenta de Irlanda, Mary McAleese, consideró hoy que los responsables de los abusos y malos tratos a menores perpetrados en instituciones de la Iglesia Católica entre los años treinta y setenta deben ser juzgados. En declaraciones a la emisora local RTÉ News desde Boston (Estados Unidos), McAleese señaló que el llamado Informe Ryan, publicado la semana pasada y que incluye miles de testimonios de personas que afirman haber sufrido abusos sexuales y maltrato durante su estancia en centros católicos, muestra toda una serie de delitos y que los responsables deben ser acusados para hacer justicia.
Además, manifestó que, por su propia experiencia vivida en colegios de la Iglesia, las conclusiones del informe Ryan no le han sorprendido. "Tenía una ligera idea de lo que estaba ocurriendo", aseguró.
"Fui educada por las Monjas (Hermanas) de la Misericordia, mis hermanos fueron a los Hermanos Cristianos. Algunas de las historias que han aparecido con el Informe Ryan no son desconocidas para nosotros", añadió la presidenta.
A lo largo de 60 años, aproximadamente 35.000 menores fueron enviados a una red de instituciones de la Iglesia formada por reformatorios o escuelas profesionales. De ellos, más de 2.000 dijeron a la Comisión de Investigación sobre el Abuso Infantil que sufrieron abuso físico y sexual durante el tiempo que pasaron en estos centros.
"Yo siempre había conocido esa cultura, esa ética, ese autoritarismo dominante, unido desgraciadamente a una cultura de castigo corporal y una cultura de castigo corporal abusivo", denunció McAleese.
Por ello, la presidenta irlandesa, una antigua profesora de Derecho, cree que la publicación del informe debe llevar a que los responsables de los abusos y malos tratos deben responder ante la justicia. "Mientras siga habiendo gente que siga viva y que es responsable de estos actos criminales debe ser llevada ante las autoridades adecuadas", añadió.
El Informe Ryan no cita nombres reales ni de las víctimas ni de los supuestos maltratadores, pero la Comisión de Investigación sobre el Abuso Infantil asegura que los testimonios de los hombres y mujeres que han decidido denunciar, que ahora tienen entre 50 y 80 años, demuestran "más allá de toda duda" que el sistema de instituciones de la Iglesia en Irlanda "trató a los niños más como internos de una prisión y esclavos que como gente con derechos".
RD
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