El mundo del trabajo debe redescubrir su rostro humano y las riquezas generadas se tienen que invertir también para el bien común y la “ayuda a los pobres”. Es la reflexión del Papa Benedicto XVI en la audiencia general de esta semana.
Un encuentro llevado a cabo en la plaza de San Pedro dedicado a la figura de San Teodoro el Estudita, “uno de los grandes reformadores de la vida monástica”, valiente defensor del valor espiritual de los iconos, muerto en el año 826. San Teodoro -verdadero faro para nuestra sociedad dominada por el individualismo- predicaba la sencillez y la sobriedad, junto con el amor por su propio trabajo, una virtud que consideraba indicativa del mismo fervor para las actividades espirituales.
Sólo la “sobriedad de vida – ha aclarado el Papa- permite superar el gran problema de la pobreza en el mundo”, y puede crecer una verdadera “sociedad solidaria”. “Teodoro -ha recordado el Santo Padre- habla de manera concreta de la pobreza” que debe ser ante todo “una renuncia a la propiedad privada, para aprender la libertad de las cosas materiales”.
"El tejido social – ha concluido el Papa Benedicto XVI- no puede funcionar si no se aprende la sumisión al bien común, a las leyes de la vida que sólo pueden sanar la sociedad y curar el yo de la soberbia de ser el centro del mundo”.
Ver video de esta noticia, aquí
No comments:
Post a Comment