La búsqueda del bien común necesita diálogo y esperanza. Esto es lo que ha dicho el profesor Giuseppe Vedovato, durante un congreso internacional organizado por la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, en los días 23 y 24 de abril, sobre el tema “Valores éticos y desarrollo integral de la persona en tiempos de la globalización”.Según el docente, que ha creado el Seminario permanente sobre ética en las relaciones internacionales en la Universidad Gregoriana, el individualismo es el gran factor que paraliza el desarrollo de la persona en su integridad y su entereza.
“El individualismo se está volviendo fecundo en resultados negativos, y la globalización prácticamente no hace otra cosa que acentuar esta descompensación entre el compromiso individual y el compromiso con los otros y con los que constituyen la base del bien común”.
Al centro de la política de desarrollo común es necesaria la socialización, vista como un don que se recibe.
"El elemento fundamental de los valores éticos es el don, la responsabilidad de sentirse miembros de una comunidad, sea la que sea y tenga la religión que tenga. Este hecho de ser miembros de una comunidad impone expresar la propia energía propositiva a través del don y de lo que se es capaz”.
La participación es el resultado necesario para realizar la dinámica del paso de condiciones de subdesarrollo a condiciones de desarrollo.
“Este subdesarrollo, consecuentemente, para poder promoverlo a un desarrollo medio y a un desarrollo más completo, presenta un esfuerzo participativo, el esfuerzo participativo de todos los estados desarrollados, de modo particular a través de un sistema asociativo. No se trata de caridad ni limosna, sino de involucrar también a los países en vías de desarrollo”.
El desarrollo integral de la dignidad de la persona humana pide, por lo tanto, proyectar una visión positiva sobre el futuro de cada ser humano.
“Hoy por hoy, veo este mirar a los ojos como una incitación y un reproche, una incitación a comportarse de modo tal, que no dañe los intereses de la población, y la propia comunidad”.
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