Las niñas, apenas escuchan los primeros cuentos de cuna, quieren ser princesas
y, desde hace unos meses, los políticos quieren ser Obama; pero las princesas de verdad dicen que quieren ser “normales” y resulta que Obama quiere ser un político más.
Así, donde a bombo y platillo dijo digo ahora su subalterno dice Diego y los derechos humanos se tienen que apartar ante la avalancha de encuestas, estadísticas y decisiones “razonables”.
Parece que en estos tiempos hay profesiones (extorsionador, mafioso, político…) incompatibles con el bien común, es decir, el de los otros por encima del mío.
Klana
pastoralsj
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