“Pederastia”, “oscurantismo” y otras cosas. Estas son las razones por las que los hackers eligieron como blanco la Santa Sede
ALESSANDRO SPECIALECIUDAD DEL VATICANO
Casi se ha convertido en una costumbre: en las últimas semanas, el colectivo de hackers “Anonymous” ha elegido como blanco tres veces el sitio del Vaticano (www.vatican.va), dejándolo inaccesible durante algunas horas cada vez. La primera de ellas fue el 3 de marzo, la segunda (que también afectó el servidor de la Radio Vaticana que se encuentra en un provedor externo a los de la Santa Sede) el 12 de marzo y el tercer ataque, por lo que parece el más breve, hoy.
Pero, ¿por qué tanta saña para con el Vaticano? Es difícil decirlo a leer los comunicados del grupo de piratas informáticos, publicados en el sitio anon-news.blogspost.it. La primera vez, las acusaciones en contra del Vaticano tenían todo el clásico repertorio anticlerical (desde la muerte de Giordano Bruno hasta los cargos por oscurantismo); la segunda vez se concentraron, en cambio, con las cuestiones de las emisoras de la Radio Vaticana; la tercera, el comunicado del colectivo solo citó el escándalo de la pederastia y denunció la violencia que una amig de uno de los hackers habría sufrido de parte de un sacerdote.
En ninguno de los tres casos, Anonymous no parece haber entrado directamente al servidor del Vaticano (aunque parecería haberlo hecho en parte con los servidores de la Radio Vaticana), porque, como indican desde el Vaticano, en todos los ataques el tráfico se desvió oportunamente hacia otros servidores.
La firma inconfundible del éxito de este tipo de ataques es cuando los piratas logran hacer que aparezca en la página principal del sitio-blanco un mensaje (tal y como sucedió a principios de marzo cuando en el sitio de tres iglesias de Carolina del Norte apareció un video del famoso filósofo ateo Richard Dawkins).
En cambio, con los ataques al Vaticano, los piratas parecen haber adoptado un método más burdo, un ataque que en la jerga informática se conoce como “DDoS” (Distributed Denial of Service), que consiste en sobrecargar el sitio con una enorme cantidad de accesos en un tiempo muy reducido. Un método que implica, además del apoyo de los hackers expertos, un cierto número de voluntarios que van a la página que creó Anonymous y prestan sus ordenadores (o teléfonos celulares o tablets) para que los piratas los usen como bases desde las cuales poder atacar.
Este sistema lo habían usado el verano del año pasado, cuando los hackers trataron de entrar en el sitio de la Jornada Mundial de la Juventud y, después de haber visto que las defensas del sitio eran muy sólidas, recurrieron al segundo sistema.
El caso lo cuenta un informe de la sociedad de seguridad informática Imperva, que los hackers de Anonymous han citado explícitamente (burlándose de él) en ocasión del segundo ataque. Pero, según los analistas, aquel informe habría dolido bastante entre los piratas, y podría ser uno de los motivos de la saña en contra del sitio vaticano.
El informe “Anatomía del ataque de Anonymous” subraya la importancia de la primera fase del ataque, la del reclutamiento de voluntarios (una verdadera campaña mediática con la que se “postean” mensajes, fotos, videos, lonks y artículos tanto en internet como en las redes sociales, con el objetivo de reclutar “voluntarios” disponibles para contribuir con la acción. Después estudian el blanco y sus puntos débiles; si estos no son identificados, llega el ataque DDoS para “bloquear” los sitios.
Los ataques, por lo que parece, no terminarán pronto: los hackers ya anunciaron que uno de sus próximos objetivos serán los sitios de la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba y México, que comenzará el próximo viernes.
Vatican Insider
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